El escritor Juan Eslava Galán, en su biblioteca particular
El escritor Juan Eslava Galán, en su biblioteca particular - inés baucells
entrevista

Eslava Galán: «Cervantes fue un feminista antes de tiempo»

«Misterioso asesinato en casa de Cervantes», la última obra del escritor jienense, ha ganado el Primavera de Novela 2015

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¿Está el autor del Quijote detrás de la muerte del hidalgo Gaspar de Ezpeleta? Este es el interrogante con el que uno se encuentra en las primeras páginas de «Misterioso asesinato en casa de Cervantes» (Espasa), última obra de Juan Eslava Galán, que le ha servido para hacerse con el Premio Primavera de Novela 2015. Con ella el escritor jienense hace su particular homenaje al más grande autor en habla hispana, justo el año en el que se conmemora el IV centenario de la publicación de la segunda parte del Quijote.

—«Misterioso asesinato en casa de Cervantes» es un título muy apropiado para el año que estamos viviendo. ¿Es algo casual la publicación de esta novela o responde a algo más?

—Es una casualidad. De hecho, la novela salió dos días antes de que se montara todo el revuelo con los restos de Cervantes, aunque la escribí mucho antes.

—Es una novela policíaca en pleno Siglo de Oro. Lo novedoso es que la investigadora protagonista, Dorotea, es una mujer en una sociedad machista. ¿Cómo se le ocurrió o qué le animó a tomar esta decisión?

—Como lector de Cervantes, he observado desde hace ya tiempo dos cosas. En primer lugar, en su biografía, cuando uno tiene en cuenta su entorno familiar, puede observar cómo las mujeres de su familia, las llamadas Cervantas, son unas adelantadas para su época, ya que sabían leer y escribir todas ellas y tenían un espíritu libre. Y, por otro lado, también he observado que Cervantes fue un feminista antes de tiempo, ya que en sus obras encontramos mujeres inteligentes e independientes. Además, él estaba en contra de la costumbre de los matrimonios de conveniencia, es decir, de casar a las mujeres jóvenes con hombres mayores. Todo este pensamiento es el que yo reflejo en mi novela, ya que Dorotea es una mujer cervantina.

—El asesinato que narra en su novela está documentado en el Archivo General de Simancas. Pero ¿qué hay de real en la acusación a Cervantes?

—No hay nada real. Lo único que quiero es implicarlo porque le convenía a la justicia de la época desviar la atención del que fue el verdadero culpable, que fue alguien que pagó a un rufián para que asesinara a Gaspar de Ezpeleta.

Éxito tras su muerte

—De todos modos, Cervantes contó con antecedentes penales por otras cuestiones. ¿Cree que fue un personaje vilipendiado en su época y que no se reconoció su trayectoria como es debido?

—Su trayectoria, desde luego, no fue reconocida. La primera parte del Quijote tuvo una buena acogida en su tiempo, pero siempre la consideraron una obra menor. Y luego, cuando se publicó la segunda parte, en 1615, muere poco después y sus valores literarios sólo serán reconocidos a posteriori, en el siglo XVIII. Por eso, en su vida realmente fue un escritor fracasado e intentó ganarse la vida con las obras de teatro, que era lo que se llevaba en esa época, pero tuvo que buscarse otros empleos para subsistir.

—¿Qué cree que pensaría Cervantes ahora, al ver los fastos que se organizan en su honor?

—Estoy seguro de que quedaría sorprendidísimo no sólo de los fastos organizados en su honor, sino también de que él figura entre las cinco o diez grandes plumas de la literatura universal.

—Un rasgo propio de esa época es la picaresca, que aparece reflejada en su novela. ¿Cree que este es el principal rasgo que caracteriza a España y a los españoles?

—Me gustaría pensar que no, aunque nosotros hemos aportado este nombre a un tipo de literatura que habla de gente marginal que existe también en otros países, pero quizás en España se dio como un rasgo distintivo en el Siglo de Oro. Eso sí, si miramos las noticias de la actualidad y echamos la mirada atrás, nos damos cuenta de que la corrupción y la justicia diferente para ricos y para pobres nos han acompañado siempre, desde que existe España y los españoles. Esperemos que las cosas en el futuro se vayan arreglando y vayamos profundizando en la democratización, ya que muchas de las cosas que pasan es porque somos una democracia muy joven.

—También leyendo su novela se puede concluir que la historia se repite una vez tras otra. ¿Puede haber algún paralelismo entre la situación económica actual y la del Siglo de Oro, con gente empobrecida por las deudas del país?

—Sí, se podría hacer alguna comparación, pero quizás era más sangrante la situación entonces. España era la gran potencia, pero en tiempos de Felipe II el país ya había sufrido cuatro bancarrotas. Y ya en esta época que narro, con el reinado de Felipe III, el Estado sacó la moneda de vellón, que arruinó aún más a la población.

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