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Mira en el video el tráiler del juego - FRICTIONAL GAMES
ANÁLISIS

«SOMA»: La dualidad alma/cuerpo

El videojuego de Frictional Games trasciende el género de terror para convertirse en una profunda reflexión sobre la evolución tecnológica de la raza humana

MADRID Actualizado: Guardar
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Simon Jarrett vive en el Toronto de 2015 con una espada de Damocles encima. Un accidente de tráfico le ha dejado con una condición conocida como sangrado craneal que le está matando poco a poco. Desesperado por encontrar una solución, decide someterse a un escaneo cerebral experimental que pueda ayudar a los médicos a ampliar su esperanza de vida.

Sin embargo, durante el escáner, Simon se desvanece, y cuando recupera la consciencia se encuentra en la base submarina PATHOS-II en el año 2104. Un cometa ha arrasado la superficie y los únicos remanentes de la humanidad luchan por encontrar un medio que garantice la pervivencia de la especie mientras un ente cibernético desorientado les da caza.

Frictional Games nació como un proyecto de fin de carrera para crear un motor gráfico, el HPL (en honor al escritor Howard Philips Lovecraft) que dio a lugar a la trilogía Penumbra, una serie de bajo presupuesto con un fuerte componente de terror.

Se doctoraron con «Amnesia: The Dark Descent» en 2010, ambientado en un castillo prusiano durante finales del XIX, pero en «SOMA», aunque siguen con su particular acercamiento al género del «surivival horror», han tratado de hacer algo diferente.

La narrativa del juego (disponible para PC y PlayStation 4) sorprende por su ambición y su valentía a la hora de presentar elementos de ciencia ficción desde un punto de vista filosófico. Este videojuego plantea cuestiones difíciles, pero es la forma en que lo hace, sacando provecho a la experiencia de juego en primera persona, lo que hace que esas cuestiones golpeen al jugador con fuerza, planteándole preguntas ineludibles.

Las mecánicas jugables se circunscriben al género de aventura con un componente de «survival horror» que prescinde del combate en todas sus formas. Durante los trayectos por los diferentes módulos de la base y algunas excursiones por el lecho marino, Simon debe arreglar todo tipo de máquinas que le permitan avanzar hasta su meta. En varias ocasiones durante el viaje se topa con unos monstruos que le obligan a esconderse, resultando en unos encuentros tensos, muy bien planteados.

El apartado visual es muy competente, sobre todo en el renderizado de los escenarios, majestuosos en su abandono y decaimiento, mientras que las expresiones faciales de los personajes sufren algo más. El apartado sonoro roza la excelencia, con unos efectos de sonido escalofriantes, potentes y efectivos. Las interpretaciones, resultan correctas, cumpliendo con unas líneas de diálogo que en muchas ocasiones se sumergen sin reparos en elucubraciones de filosofía pura con convicción.

Este videojuego sufre cierta crisis de identidad en un primer momento cuando intenta casar los elementos de jugables de terror con su ambición narrativa, pero la mezcla acaba teniendo sentido y se justifica al analizarla con perspectiva. Frictional Games quería subir de categoría,, y para ello ha decidido hilvanar un relato sobre la pervivencia de la raza humana más allá de nuestro fin en el plano físico que toca temas como la configuración de la identidad, el papel del cuerpo en la esencia humana o los sacrificios del posthumanismo. Imprescindible para todos los amantes de la buena ciencia ficción especulativa.

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