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«MotoGP 15»: esto es competición

El videojuego oficial del campeonato mejora los gráficos de su antecesor e incorpora algunas novedades como la posibilidad de pilotar motos históricas

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Con el mantenimiento de muchos de sus menús y varios modos de juego nuevos, «MotoGP 15» arranca como el videojuego oficial del Campeonato del Mundo de Motociclismo ahondando en el realismo gráfico de las máquinas y los trazados. El título se ha pulido gráficamente para lograr, en primera instancia, un mejor resultado de la temporada pasada.

Ahí es donde la balanza se decanta. Desarrollado por Milestone, el juego pasea por varias variantes, en donde podemos disponer de las motos de la categoría Moto 3 o rodar como los mismísimos Marc Márquez o Valentino Rossi. Las motos, en realidad, han gozado muy poco en esta joven industria. Los coches suelen llevarse la palma, pero en esta ocasión la recta se vislumbra sin rivales pero con la oportunidad de subir al podio.

Y, con todo, cumple bastante bien las expectativas.

Y lo hace, porque el juego exprime las sensaciones de velocidad mientras ahonda en físicas realistas. Aunque esto último es modificable gracias a activar las diferentes ayudas que permite el sistema (frenada automática, elección de neumáticos…), la conducción no es fácil, sobre todo, para el neonato en estas lides. Se acabó llegar el primero en la primera carrera a la que jugamos, puesto que requiere de cierta destreza y pericia para equilibrar la máquina en las temibles curvas, el verdadero desafío. Su control, excelente, endereza el rumbo del anterior motor gráfico de su antecesor, algo vetusto y poco depurado. Salvo los boxes y los menús, se aprecia un gran avance en los circuitos y las motos respecto al pasado año.

Esos diferentes niveles de simulación están dirigidos a la pericia y experiencia del jugador. O de sus ganas de hacer cabrerías y probar suerte. Al no tratarse de un juego meramente arcade, hay que aprender a tomar correctamente las curvas y evitar pisar la zona de seguridad o la gravilla. Si no, la caída está asegurada y no habrá contemplaciones dado que al regresar a la pista no nos encontraremos en la misma posición. Un detalle: en esta ocasión se ha eliminado el coche de seguridad que tantos buenos momentos nos ha dado.

Activadas las físicas pro podemos frenar de forma independiente, tanto con los delanteros como los traseros. En la vida real los frenos delanteros ejercen gran presión sobre los discos y se utilizan anticipadamente para parar la moto en recta, mientras que el trasero nos apoyamos para corregir y equilibrar la máquina. También se pueden modificar para ver cómo reacciona, al igual que la posición del piloto en el carenado.

En carrera, también podemos utilizar otras ayudas como el rebobinado. Comparadas las diferentes categorías, sí se aprecian bastantes diferencias. En Moto 3, tomamos el control de máquinas quizá más dóciles y controlables, permitiendo tumbar sin miedo a besar el suelo. Pero llegando a la categoría reina, las físicas intentan llevarse al límite, por lo que hay que equilibrar bien la potencia y la dirección puesto que se puede ir para todos los lados. Favorece, además, al espectáculo el hecho de que en función de cada piloto es posible adecuarse a su propio estilo. Más erguido, más equilibrado, sacando el cuerpo.

La Inteligencia Artificial, no obstante, peca de exigente y competitiva, con lo que a las primeras de cambio no saldremos airosos de sus envites en carrera. Esta situación puede ser algo frustrante para los jugadores que estén acostumbrados a llegar y besar el Santo, pero también ejerce de reto y motivación. Pero cabe decir que las carreras que compitamos permitirán subir de nivel para desbloquear imágenes y vídeos de la historia de este espectáculo.

El juego permite lanzarse a una carrera rápida, contrarreloj, marcar el mejor tiempo en los diferentes sectores, competir en el campeonato o acceder al modo multijugador de hasta 12 jugadores. También ofrece la posibilidad de dividir la pantalla (muy necesario y del que deberían aprender algunos juegos de coches) para jugar sobre la misma máquina y crearse un piloto personalizado, cuyos accesorios (cascos, guantes, botas) se van desbloqueando conforme progresamos.

Una de las novedades que puede gustar a muchas personas es, además de los eventos reales, es la posibilidad de disputar retos y carreras históricas rodando con pilotos de la talla de Max Biaggi, Garry McCoy o Eddie Lawson en un épico enfrentamiento de 500 cc. La posibilidad de pilotar motos históricas de dos tiempos es, verdaderamente, generoso, puesto que nos ponemos en la piel de algunas máquinas icónicas del género. Lo mejor de esta temporada es que se han incluído todos los pilotos del campeonato, un aspecto que no es moco de pavo dado cómo veníamos del pasado año en donde había que descargar las fichas casi de forma manual. Algo engorroso.

Antes de comenzar cada carrera, el sistema ofrece la posibilidad de analizar el trazado, comprobando su dibujo (número de curvas de izquierda y derecha para que no nos llevemos una sorpresa desagradable), el tipo, para intentar tenerlo presente Como si se rayase de un presión al.

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