Adiós a las salas, adiós al cine

Más de dos millones de espectadores, salas con más butacas ocupadas de lo habitual y ya está, se acabó una nueva edición de la Fiesta del Cine. Y de nuevo nos enfrentamos a la cruda realidad, es decir, muy poca asistencia de público a los cines y el goteo permanente de salas que cierran ante la imposibilidad de conseguir más espectadores..

Ya se confirma que dos de las más emblemáticas, en la madrileña calle Fuencarral, los Roxy A y B, no volverán a acoger películas ya que se van a convertir en un supermercado. Llevaban cerradas desde 2013. Más de cuarenta salas han cerrado en la última década, en Madrid Las dos arterias principales y tradicionales de los cines, La Gran Vía y la calle Fuencarral los sustituyen por grandes almacenes o teatros.

Según datos del Ministerio de Cultura en Madrid capital solo quedan 39 cines con un total de 258 pantallas, lo que supone un descenso respecto a 2004, de casi el 70 por ciento. Esto en Madrid porque en cualquier otra capital española se cierran salas continuamente y en algunas ciudades han desaparecido por completo

En Cádiz apenas sobreviven dos multicines que incluyen en su programación películas de las grandes distribuidoras de Hollywood con el consiguiente perjuicio a otras cinematografías y a los aficionados que se ven privados de cine de corte independiente. Imperial, Avenida, Nuevo...son ya solo nombres de algunas salas que existieron en el pasado y han ido desapareciendo en las últimas décadas.

Por eso no veo la utilidad de las Fiestas del Cine que solo sirven para parar por unos días, unas horas, la agonía al que parece abocado el Séptimo Arte... ¿Por qué se le califica de Arte?, cuando nadie hace nada para incluirlo entre las disciplinas escolares como ocurre con la literatura , la pintura o la música? Solo se le trata de entretenimiento y es en realidad el arte más seguido mundialmente. Las películas más ahora que nunca, forman parte de nuestras vidas. Aunque las salas languidezcan jóvenes y mayores siguen acercándose al cine de múltiples formas ya sea a través de los dvds, televisiones o plataformas digitales. Quizá, como me comentó Fernando Trueba en una entrevista que mantuve con él hace unos años, el cine en las salas acabará siendo con el tiempo un reducto casi museístico y los estrenos no saldrán de las salas de estar de nuestras casas. Nunca podrán sustituir a la magia de la sala oscura.