César Nombela

Transhumanismo y eugenesia

El aumento de la inteligencia espiritual será esencial en la sociedad biotecnológica

Robots en un congreso de inteligencia artificial ABC

Fue en 1932 cuando Huxley en su libro «Un mundo feliz» planteaba la distopía de una supuesta realidad futura , alienante para el hombre, basada en tecnologías reproductivas, cultivo de humanos o la educación a través del sueño. Como en otros momentos de la historia, actualmente la tecnociencia lleva a algunos a revisar globalmente la visión del mundo y del hombre.

El transhumanismo plantea la modificación total de la naturaleza humana, que el hombre tome control de su evolución hasta una sociedad post-humana. Editar nuestros genes para ¿ser felices?, incrementando sin límite las capacidades cognitivas, físicas, sensoriales, morales y emocionales, incluso llegar hasta la inmortalidad programada .

Son propuestas que reeditan p lanteamientos eugenésicos de otras etapas del siglo XX, lo que le ha llevado a Habermas a acuñar expresión «persona programada genéticamente», al señalar el impacto que tiene en la autocomprensión de la propia existencia. Nos cabe la libertad de cambiar de opinión pero no de genes, el individuo seleccionado, puede percibir circunstancias de su existencia como algo condicionado por una decisión externa .

¿Es esto posible? ¿Es ético diseñar un ser humano diferente ? Suscita rechazo arrogarse la facultad de dominar la naturaleza humana, decidiendo sobre el destino biológico de sus semejantes. Además, cabe dudar que sean factibles tales planteamientos, la pregunta de cómo podemos diseñar y generar seres humanos programados de una determinada forma no parece tener hoy una respuesta.

Frente al transhumanismo está la propuesta de un «Humanismo Avanzado», del abogado y urbanista barcelonés Albert Cortina en un fascinante libro reciente. Encauzar el progreso al servicio del hombre, de su dignidad, su derecho a la felicidad y a la apertura a la trascendencia. La ecología integral postula mantener la preeminencia de la inteligencia humana al tiempo que se cuida de la casa común que es la Tierra. El aumento de la inteligencia espiritua l, exclusiva del hombre, será esencial en la sociedad biotecnológica para mantener la preeminencia de la inteligencia humana sobre la inteligencia artificial.

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