«Somos 40.000 personas las que vivimos en España con un contrato indefinido de personas sin hogar»

El número de mujeres que viven en la calle representan el 16 por ciento

Mina, Ana Lucía e Inma, tres mujeres sin hogar, que este jueves ofrecieron su testimonio para poner rostro a la exclusión severa ISABEL PERMUY

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Pese a que el último dato oficial cifraba en 40.000 los ciudadanos que vivían en la calle en 2012, las entidades sociales que trabajan con este colectivo advirtieron este jueves que el número de personas sin hogar es un fenómeno que «va en aumento» . Además cada vez hay más mujeres (ya son el 16 por ciento) y por primera vez aparecen familias con niños viviendo al raso. Así lo reveló este jueves, la presidenta de Faciam (Federación de Asociaciones y Centros de Ayuda a Marginados), Rosalía Portela, durante la presentación de la campaña «Nadie sin hogar. Ponle cara», con motivo del día de las personas sin techo que se celebrará este domingo.

«Somos unas 40.000 personas las que vivimos en España con un contrato indefinido de personas sin hogar», aseguró Sandra —una inmigrante venezolana—, durante la lectura del manifiesto con el que estas personas en grave situación de exclusión pretenden reivindicar derechos fundamentales, como el acceso al empleo y a una vivienda digna. «No tener un hogar es más que no tener un techo, es no poder tener intimidad, es vivir en la más absoluta inseguridad», advirtió.

Durante la presentación de la campaña, la presidenta de Faciam recordó que aunque no son mayoría, las mujeres son el colectivo más vulnerable . «Más del 50 por ciento sufre violencia de todo tipo», indicó Portela. Por este motivo y tras 27 años de campaña, las entidades sociales ha decidido por primera vez poner rostro y voz a las mujeres sin hogar.

«Me sentí como un perro abandonado»

Mina es una de ellas. Después de 19 años en España, esta inmigrante nacida en Casablanca (Marruecos) acabó en la calle tras un problema de salud que le hizo perder su trabajo como cuidadora de personas mayores. «Me sentí como un perro abandonado. Era un 17 de diciembre, hacía mucho frío. La calle es peligrosa no solo para las mujeres sino también para los hombres. Pasas mucho miedo y no tienes confianza en nadie. Estar en la calle además dificulta mucho encontrar trabajo».

Desde hace algunos meses, Mina vive en una casa de acogida de Cáritas Madrid y busca un empleo. «Lo único que necesito es poder trabajar para ganarme un sueldo porque el piso de Cáritas es una solución temporal. Si vuelvo a la calle, me muero».

«Intentas estar alerta, pero el cansancio vence»

Inma en cambio es española. Nació en una familia que siempre necesitó ser atendida por los servicios sociales . Al morir sus padres, tuvo que ser ingresada por depresión. Al poco tiempo además perdió su casa. «Me fui una Navidad a visitar a unos familiares y cuando volví unos ocupas me habían cambiado la cerradura y hasta habían tirado mis pertenencias».

Desde entonces ha estado deambulando por las calles. «Estar en la calle es muy duro, se pasa mucho frío y hay mucha inseguridad . Duermes sola y sientes el miedo de que te puedan hacer daño. Te sientes muy vulnerable. Intentaba siempre estar alerta, pero el cansancio te vence». Desde hace algunas semanas, Inma está en una pensión pero es una estancia temporal.

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