El PSOE contra la Iglesia

La Conferencia Episcopal Española mantiene silencio ante las elecciones del próximo domingo

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Una vez más, la Conferencia Episcopal Española mantiene silencio ante las elecciones del próximo domingo. Es cierto que su secretario general, monseñor Luis Argüello, puede decir que no ha perdido vigencia su artículo sobre los criterios del voto, en la revista «Ecclesia», ante las pasadas elecciones. Y que los obispos del Levante han dado un paso al frente y han publicado una valiente Nota.

Lo que ha ocurrido desde abril debiera interpelar la conciencia de quien, a la hora de decidir su voto, tiene presente la doctrina social católica. La política incapaz de trascender sus intereses , la pérdida del motivo reconciliador en la vida pública, el recrudecimiento de la división social, la violencia en Cataluña y la desorientación ética ante las nuevas patologías políticas son algunos síntomas que indican la gravedad del presente.

La más inmediata de las actuaciones que afectan al voto de los católicos ha sido la inclusión, en el programa electoral del PSOE, de la denuncia de los Acuerdos con la Santa Sede. Pedro Sánchez ha dado un paso más con una media que no aparecía en anteriores programas electorales. Añade la gaseosa promesa de que «impulsaremos un nuevo acuerdo bilateral entre ambos Estados, basado en el principio de laicidad, para mantener unas relaciones de cooperación moderna con la Iglesia Católica». Como si la cooperación que amparan la Constitución Española de 1978 y los actuales Acuerdos –no desarrollados en su plenitud- no fuera moderna. ¿Qué significa moderna?

Para más inri, el PSOE anuncia la recuperación de los bienes matriculados indebidamente por la Iglesia, dando por supuesto que esto ha ocurrido. Podemos añadir el ataque implícito a la enseñanza concertada, los efectos devastadores de la Ley de Memoria Histórica , la eutanasia, la implantación legal, educativa y social de la ideología de género...

Con un PSOE radicalizado en lo referido a la cuestión religiosa, tanto o más que Unidas Podemos y sus descendidas, un Ciudadanos que no sabe ni contesta –quizá mejor así a que diga algo-, ¿qué queda? ¿Un PP en permanente rictus de dignidad liberal y demócrata cristiana? ¿Vox en la reconquista de espacios de políticas antropológicas?

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