Cristiano Ronaldo con la pequeña Carla
Cristiano Ronaldo con la pequeña Carla - ABC

Día Mundial del Autismo«Mi hija con autismo es quien más me ha enseñado en la vida sin decirme una sola palabra»

Carolina Marín, madre de Carla, una niña de 7 años con autismo no tiene una asociación ni pide dinero. Con cinco campañas de sensibilización a sus espaldas ha contado con el apoyo del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pasando por Pedro Sánchez, hasta el futbolista Cristiano Ronaldo, parte de su última campaña titulada: «Yo no soy distinto»

MADRID Actualizado: Guardar
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Carolina Marín no es la campeona olímpica de bádminton de 23 años nacida en Huelva. Carolina Marín vive en el barrio madrileño de Prosperidad, tiene 36 años, es camarera y probablemente tenga más (o igual, depende cómo se mire) logros que la onubense.

Se trata de una madre que solo con con su voz transmite una fuerza arrolladora. La que usa para luchar sin descanso y la que necesita para hablar por su hija con autismo, Carla, de 7 años. «Saco la fuerza de mi hija, es la persona que más me ha enseñado en esta vida sin decirme una sola palabra», cuenta emocionada. «Si tiene que llorar, llora, si tiene que reír, ríe, es sentimiento puro».

Sin embargo, cuando la fuerza flaquea, no lo oculta.

Ama profundamente a su hija y cuenta que le festejan cada logro: cuando coge un lápiz, cuando escribe su nombre, cuando consigue ir al baño solita. Pero se sincera respecto al trastorno: «Odio la palabra autismo, es como quitarle a mi hija parte de su vida».

Carolina no tiene una asociación ni pide dinero, solo una iniciativa en Change.org y cinco campañas a sus espaldas, todas realizadas en formato de vídeo, con pocos medios, y publicadas en Facebook. Con ellas, ha conseguido que a su lucha se sumen el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Rivera, artistas como Alejandro Sanz o Bebe y deportistas como Cristiano Ronaldo o Sergio Ramos. Estos últimos forman parte de su última campaña, titulada: «Yo no soy distinto».

Todos ellos, se han sumado a la causa de Carolina que pide, en el día mundial del autismo, algo muy simple: «Que la gente se concience más respecto al autismo, que no sea una palabra que se use despectivamente y que consiga hacer visible que las familias y los niños que tienen autismo necesitan más ayudas en los colegios».

«Es fundamental la inclusión»

Carla tiene una hermana melliza, Daniela, con la que va a clase. Fue precisamente en las aulas donde la madre de estas dos pequeñas vio un fallo. «En los colegios no hay apoyos materiales ni humanos suficientes, tampoco todas cuentan con aulas TGD (para alumnos con Trastorno Generalizado del Desarrollo) y en muchas ocasiones faltan tres profesionales clave: un integrador social, un terapeuta ocupacional y un técnico que apoye al terapeuta. Es fundamental la inclusión de los niños con autismo; hay materias que mi hija puede cursar en un aula ordinaria, pero también necesita clases de apoyo. Eso debe existir en los colegios y no en centros específicos porque en ese caso no habría inclusión».

En la inclusión se centra precisamente la última campaña que hizo Carolina y en la que la protagonista es su hija Daniela, que de mayor quiere ser terapeuta. «Un día me confesó su deseo, pero antes me pidió que no llorara: ¡Mamá, quiero que Carla hable!», cuenta emocionada su madre.

Desde los ojos de Daniela se cuenta en el vídeo cuál es la experiencia de una niña cuya hermana tiene autismo. En las imágenes pueden verse compañeros de clase que vienen a demostrar que «los más pequeños no hacen diferencias, ven a los chicos con autismo de la misma forma que a otros alumnos», señala Marín.

Carolina promete que esta será su última campaña: «El cansancio físico y psicológico es enorme. Yo, además, trabajo, llevo a las niñas al colegio, a Carla a terapia...», explica.

Fue con la primera campaña con la que consiguió alzar su voz y conmover al país entero. Se puso al frente de la cámara, contó su historia y afirmó ser la voz de su hija. Le pidió a los padres, con hijos con autismo o que no padecen este trastorno, que cierren los ojos y expresen el primer sentimiento que les surgía al pensar en sus hijos. El vídeo se compuso de pequeños videoselfies de personas conocidas y anónimas que decían alto y claro: «Yo soy su voz, yo he firmado» (en alusión a la plataforma Change.org). El vídeo se hizo viral y consiguió convertirse en una de las campañas de sensibilización más importantes del autismo. Posteriormente, Marín compuso la canción «Solo tu eres».

En la tercera campaña consiguió reunir a 287 personas de toda España en la plaza de Callao de Madrid para bailar la canción y contó con la colaboración de la bailarina «La Popi» y la compañía de danza «Nieves Jiménez». En la cuarta, se sumó Bebe, Alejandro Sanz y Manu Carrasco.

En la piel de Carla

Por si todo esto fuera poco, un día no solo le dio voz sino que decidió ponerse en la piel de su hija. Puso cámaras ocultas en la calle y fingió tener una crisis de autismo. «Solo mujeres de 30 a 50 años vinieron a ayudarme...La gente pensaba que estaba drogada o borracha», lamenta.

Es precisamente lo que quiere revertir Carolina: el desconocimiento respecto a este trastorno que afecta a 1 de cada 68 niños en todo el mundo.

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