El joven con parálisis cerebral que le planta cara a Celaá: «Si la tuviera delante le diría que está cometiendo una aberración»

Ignacio Santías Palacios, que padece parálisis cerebral, ha publicado un vídeo en su cuenta de Instagram que supera las 5 millones de reproducciones en defensa de la educación especial

Captura de Instagram/@nacho_el_guay

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El relato de Ignacio Palacios, un joven de 19 años con parálisis cerebral, es tan minucioso que incluye hasta las horas y los minutos en que se convirtió, sin buscarlo, en la voz de las familias que luchan por evitar el cierre de los centros de educación especial . «Hice el vídeo a las tres y media de la tarde y no salió de mi teléfono hasta las cuatro y cuarto. A partir de ese momento , mis primos y los amigos de mi hermano mayor lo empiezan a compartir en sus perfiles y comencé a recibir mensajes de todos mis amigos», relata en conversación telefónica con ABC. Su objetivo era claro: explicar en un vídeo casero de Instagram (@nacho_el_guay) por qué considera una «locura» y una «injusticia» cerrar los centros de educación especial.

Es este el objetivo que parece tener el Gobierno en el largo plazo. En la polémica « ley Celaá » hay una disposición adicional que alude a la intención de dotar de recursos a los centros ordinarios para que, en el plazo de diez años , puedan atender a los alumnos con discapacidad, mientras que los centros de educación especial se quedarían solo para casos «de atención muy especializada », es decir, alumnos con muy graves discapacidades.

Nacho recuerda a ABC, tal como lo hace en el vídeo, que en su colegio hay un aula, «la clase amarilla», a la que acuden alumnos que no podrían estar en un colegio ordinario « porque están muy muy muy graves ». Se refiere a niños que van al colegio con sonda, que llevan bombonas de oxígeno o que no pueden ir al baño solos . «Los políticos se han pensado que pueden meter a todas las discapacidades en el mismo saco y eso no es así», señala en el vídeo que tiene actualmente más de 5 millones de reproducciones en Instagram y ha sido compartido en Twitter por políticos como Pablo Casado o Isabel Díaz-Ayuso.

Nacho ha decidido de motu proprio enviar este mensaje porque «cuando se comete una injusticia hay que ponerle voz y el cierre de estos centros lo es porque la gente no entiende que hay niños en colegios de educación especial que no pueden ir a un centro ordinario por mucho que quieran . Los políticos promueven algo que le quita a los padres, que aman a sus hijos, el derecho a decidir dónde escolarizarlos», sentencia con tanta seguridad que su madre dice, de fondo, orgullosa: «¡Va para ministro!».

Nacho lo deja claro: « Si tuviera a Celaá delante le diría que está cometiendo una aberración ». Y también muestra su preocupación por los trabajadores de la especial: «Te aseguro que los que puedan ir a un centro ordinario van a ir, pero si vacías los colegios de educación especial quedarán solo de apoyo. Todos los profesionales que están ahí, cualificadísimos , y que se han formado para eso se quedarán en la calle», lamenta.

A Nacho, su colegio, Bobath de Mirasierra, le aportó muchas cosas. «Poder ser yo. En un centro ordinario nunca hubiera conseguido tomar mis propias decisiones, leer, escribir...».

Nacho nació muy prematuro y eso le provocó una parálisis cerebral. Su familia lo llevó a un colegio ordinario pero tuvo que cambiarlo a los 6 años «porque era imposible que pudiera seguir los aprendizajes; no tenían los recursos adecuados, nunca tuvo amigos porque estos niños siempre son, en el mejor de los casos, la mascota de la clase . O bien te hacen bullying o bien eres el protegido de la clase; no hay una relación de tú a tú, no te llaman para quedar», denuncia su madre, María Palacios, que tiene un centro de atención temprana para atender a niños con discapacidad y una fundación, Cadete , que beca los tratamientos de niños que no pueden pagarlos.

María cuenta que el Bobath cambió su vida. « Pasó de un aula de 20 alumnos a una de cinco; tiene logopeda, fisioterapeuta, terapia ocupacional y psicóloga porque al crecer con una dicapacidad se necesita apoyo emocional. También hay comedores separados para los niños que pueden comer solos de los que tienen problemas de deglución que comen con los logopedas...Todos tienen un ordenador o un Ipad donde cada uno aprende a su ritmo y se le enseña en función de sus necesidades, de su proceso madurativo y aprendizaje». Y lo más importante: «Hay una relación entre iguales, tiene amigos fantásticos con los que queda». María exige que en vez de que el Gobierno hable siempre de inclusión la pongan en práctica, «piensen en hacer las estaciones de tren accesibles, los accesos a cines y comercios en general sin escaleras».

Nacho estará escolarizado hasta los 21 años por lo que no padecerá el cierre, pero sí los que vendrán. Su colegio es para niños con problemas motores, lo que no se puede pretender es que un profesor sepa de problemas auditivos, visuales, motores...Meter en una clase de un centro ordinario tres discapacidades diferentes es un horror», zanja Palacios.

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