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Cómo hacer para no cometer los mismos errores al elegir una nueva pareja

Mirar al pasado de forma reflexiva, pero sin aferrarnos a él puede ayudarnos a salir adelante y evitar salir siempre con el «chico o chica mala»

MADRID Actualizado: Guardar
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«En los años ochenta, el terapeuta estadounidense Harville Hendrix propuso la teoría del Imago: estamos impulsados por la necesidad de desarrollarnos como seres humanos y nuestras imágenes subconscientes sobre nuestros principales cuidadores en la infancia nos dirigen hacia parejas que pueden ayudar a desarrollarnos. Las primeras experiencias de la vida pueden ser de apoyo o negligentes, de perdón o castigo; nadie es perfecto, ni siquiera nuestro cuidadores, y cuando llega la edad de enamorarnos, la mayoría de nosotros tiene cuestiones que resolver. ¿A cuánta gente conoces que se relaciona con el mismo tipo de persona inadecuada: la mujer que se siente atraída por hombres como su padre, aunque era un intimidador, o el hombre que parece que no puede interesarse en quien esté interesado en él? La teoría del Imago dice que los modelos que se repiten son un intento de ser feliz...pero de forma inesperada».

Esta es una de las respuestas a por qué repetimos modelo, el mismo tipo de relación, aunque nos haya ido mal. La teoría del Imago es citada en el libro «Amor, la psicología de la atracción» de la psicóloga clínica Leslie Becker Phelps. La autora explica que esta teoría se aplica a aquellos que repiten modelos que fallan porque, en el fondo, lo que están buscando es una segunda oportunidad, algo así como un intento de curar heridas, de arreglar aquello en lo que hemos fallado en el pasado.

En este mismo sentido apunta el psicólogo Bernardo Stamateas: «Podemos elegir pareja por deseo o necesidad. Si es por necesidad, lo hago para suplir una carencia que tengo de la infancia, por ejemplo: Mi padre no era afectuoso, busco alguien que lo sea. Cuando nos empuja la necesidad la relación tiene muchas posibilidades de fallar. Si es por deseo, es porque soy feliz, me siento bien conmigo mismo y quiero compartir mi felicidad con el otro».

La falta de autoestima

Pero las carencias o el deseo de arreglar lo que hemos hecho mal en algún momento de nuestras vidas, no es la única razón por la que elegimos mal. También opera la falta de autoestima: «Si siempre eliges al "chico o a la chica mala" que de alguna forma te daña emocionalmente, es importante saber dónde está la motivación por estar con ese tipo de persona. ¿Qué obtienes de esa relación? ¿Qué te motiva a estar con alguien que te hace sentir mal, ignorado o enojado de forma repetida?. Una respuesta puede ser que hay gente que lucha con el sentimiento de creer que vale poco y que no merece ser bien tratada, por lo que de alguna forma intentan «ganarse» el amor de su pareja», explica a ABC Becker Phelps.

«Hay gente que cree que vale poco y que debe "ganarse" el amor de su pareja»
Leslie Becker Phelps

En su libro, Becker Phelps sugiere que si cometemos siempre los mismos errores nos preguntemos qué tienen estos en común. «Cuando busques tu amor recuerda que una relación romántica no es la única manera de curarnos: también podemos esforzarnos en sentirnos mejor con nosotros mismos. Al separar el deseo de encontrar pareja y la necesidad de curarte, te sentirás menos impaciente para buscar pareja. Abordar viejas inseguridades debe ser algo mutuo, y necesitamos una pareja dispuesta a trabajar en común. Si encuentras a alguien que colabora en la curación mutua, es posible que los errores del pasado se conviertan en una nueva sensación de seguridad».

Stamateas explica también el caso en el que cometer los mismos errores se traduce no solo en elegir mal sino en volver con ex parejas, incluso cuando nos fue mal: «Hay personas que vuelven porque no ven nada hacia adelante y se refugian en el pasado, es la frustración del presente lo que hace que uno quede atascado, pero no es por masoquismo».

Conocerse a uno mismo

Una de las soluciones para evitar cometer los errores del pasado, es precisamente, no volver a él, pero sí aprender a mirarlo, no ignorarlo. En el libro «How to Choose A Partner», la psicóloga Susan Quilliam invita a la gente, entre otras cosas, a comprobar qué han hecho mal en sus relaciones pasadas. En un artículo de «The Telegraph» se esbozan algunas recomendaciones de Quilliam en las que propone pensar en todas aquellas personas que han moldeado tus ideas acerca de quién debe ser tu pareja ideal (parientes, amigos, los novios de tus amigos, etc), incluso las influencias culturales, películas o libros que hayas leído.

Luego, Quilliam propone dar un paso más evitando todos esos mensajes que han venido de afuera. Finalmente, nos propone completar la siguiente oración: «He aprendido de X que la mejor relación es Y, por lo que debería haber optado por Z».

Una vez realizado unas cuantas veces, considera cuántas de estas lecciones que te han dado otros han influido en las elecciones acerca de las parejas que has hecho y, sobre todo, si es tiempo de cambiar eso.

Para Becker Phelps, «la mejor forma de elegir la mejor persona para uno es conociéndonos a nosotros mismos. Hay que estar atentos a aquellos patrones que queremos repetir (elegir personas que se parecen a a nosotros) y aqullos patrones que no queremos repetir (los que nos hacen sentir mal). Así podrás elegir una pareja que saque la mejor versión de ti. Al final, todos queremos buscar a alguien seguro y maduro, con el que haya buena comunicación, que nos aprecie y con el que nos sintamos bien cuando pasamos tiempo con él o ella y por supuesto, que esté listo para una relación comprometida».

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