Commodore aviva sus recuerdos

Un momento del encuentro en Commodore

S. A.

Commodore ha celebrado un encuentro en el que los periodistas Rosa Villacastín y Miguel Ángel Almodóvar, junto con el director general de Sunday España, Marc Pagés, revelaron por qué el mítico restaurante madrileño sigue siendo un centro de cultura y gastronomía de vanguardia.

Rosa Villacastín recordó cómo en plena Transición Manuel Fraga se acercó con un tazón de café a la mesa donde estaban Alfonso Guerra y Felipe González, hablaron por primera vez y llegaron a acuerdos para poder confraternizar: «A veces parece que estoy enamorada de la Transición y yo creo que un poco sí», ha bromeado. Para Villacastín, Commodore ofreció un modelo de conciliación y mezcla de culturas que tiene que continuar. Por su parte, Miguel Ángel Almodóvar rememoró el nacimiento del proyecto de restauración vinculado a los actores que pasaban por Madrid buscando lugares emblemáticos, y, después, cuando los tecnócratas del Opus Dei empezaron en Commodore a trazar un plan para acabar con la política de autarquía del franquismo. «Era la época de la llegada del presidente de los Estados Unidos Dwight D. Eisenhower a España el 21 de diciembre de 1959; por entonces, Gregorio López-Bravo era director general en el Ministerio de Comercio. Después, cuando en 1982 fue nombrado ministro de Educación y Ciencia José María Maravall, Commodore también jugó un papel fundamental por la cercanía a los ministerios y su disposición amplia: era el único local de Madrid que disponía de esas ventajas, como una mesa circular enorme», ha rememorado Almodóvar.

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