Soldados colombianos, en una zona controlada por las FARC para producir cocaína (foto de archivo de 2010)
Soldados colombianos, en una zona controlada por las FARC para producir cocaína (foto de archivo de 2010) - EFE

¿Por qué Colombia vuelve a ser el mayor productor de cocaína del mundo?

Los colombianos plantaron en 2014 un 44% más de coca que en 2013 y, según recoge «The Washington Post», este año 2015 puede ser aún mayor el incremento

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El cultivo ilegal de cocaína vuelve a crecer en Colombia, el país que durante años lideró está controvertida clasificación. La lucha contra este fenómeno liderada por el Gobierno de Bogotá, ayudado por Washington, había conseguido reducir notablemente las hectáreas cultivadas en el país. Sin embargo, según recoge Washington Post, esta tendencia dio un increíble giro en 2014, el último año del que se tienen estadísticas.

Este boom cocalero de hasta un 44% (y que en este 2015 podría ser mayor) se produce en un momento especialmente sensible para el Gobierno colombiano, que está quemando etapas en las negociaciones de paz con los terroristas de las FARC, escribe el diario estadounidense, que tanto se ha aprovechado del narcotráfico para su supervivencia.

Solo dos meses después de que dejara de ser el mayor productor mundial de cocaína al verse superado por Perú, el incremento del comercio ilegal de coca superaría al de Lima y La Paz juntos. Perú superó en 2012 a Colombia como principal productor de cocaína del mundo, tras alcanzar las 60.400 hectáreas de superficie cultivada con hoja de coca, que se redujo hasta las 49.800 a cierre de 2013.

¿Cuáles serían las razones? EE.UU. y Colombia lo tendrían claro al apuntar a que las FARC, junto con otros grupos armados, habrían animado a los agricultores a sembrar más coca en previsión de que se llegue al acuerdo de paz y a una nueva ayuda del Gobierno.

La noticia supone un duro varapalo para Washington y su Plan Colombia, como parte de un marco de acuerdos bilaterales entre los dos países para terminar el conflicto armado en Colombia y crear una estrategia antinarcótica y que ha supuesto un gasto de nueve millones de dólares para las arcas estadounidenses.

El trabajo de la investigadora Vanda Felbab-Brown, sobre el papel que tienen las políticas antinarcóticos en la reducción del consumo de drogas en Estados Unidos y en el resto del mundo, daba cuenta en 2010 de los progresos del Plan Colombia diez años después de su implantación. Pese a ello, esto suponía entonces un «éxito preocupantemente incompleto».

Para la académica, las campañas de desarrollo rural siguen siendo limitadas y sólo llegan a un pequeño segmento de la población que se dedica a los cultivos ilegales o es vulnerable a los cultivos. Se estima que entre 90.000 y 300.000 familias colombianas se dedican al cultivo cocalero (sin incluir a aquellas familias vulnerables pero que no cultivan coca actualmente).

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