Caza al mirón tecnológico
Seúl moviliza a 8.000 funcionarios para buscar en los baños públicos cámaras ocultas que graban a las mujeres para el porno en internet
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En este mundo tan futurista, donde cualquier tienda de electrónica vende inventos que antes solo se veían en las películas de espías, a los mirones no les hace falta esconderse tras los árboles ni abrir en las paredes agujeros tapados por cuadros. Para satisfacer su morbosa curiosidad, les basta con hacerse con alguna de las diminutas cámaras que hay en el mercado, tan pequeñas que pueden esconderse en sitios públicos insospechados.
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Eso es lo que ocurre en un país tan avanzado como Corea del Sur , que se enfrenta a una «epidemia» de mirones tecnológicos . Colocadas en baños públicos y probadores de ropa, el año pasado se detectaron cerca de 6.500 cámaras ocultas , casi tres veces más que en 2012. El 80 por ciento de ellas grababa a las mujeres que usaban dichos aseos o se probaban las prendas en las tiendas, sobre todo jóvenes atractivas de unos 20 años, cuyas imágenes se subían sin su conocimiento a portales pornográficos de internet.
«Mi vida no es tu porno»
Airadas al verse en tan desagradable situación, decenas de miles de mujeres se manifestaron el verano pasado por las calles de la capital, Seúl. Con pancartas donde se podía leer «Mi vida no es tu porno», protestaban contra su indefensión al ser grabadas en secreto en lugares públicos.
Para acabar con el miedo que muchas sienten, el Ayuntamiento de Seúl va a inspeccionar diariamente los 20.554 baños públicos que funcionan en esta megalópolis de diez millones de habitantes. Como hasta ahora no había más que 50 funcionarios encargados de comprobar dichos aseos, se movilizarán otros 8.000 para que los registros se hagan cada día , según informa la agencia de noticias Yonhap. Si antes los baños se inspeccionaban una vez al mes, ahora cada funcionario controlará entre dos y tres servicios cada día. Para advertir a los mirones y concienciar sobre este problema, el Ayuntamiento ha escogido mil baños muy transitados como zonas de «especial vigilancia», donde los chequeos serán más frecuentes.
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El problema es que las cámaras actuales son tan pequeñas que se pueden poner y quitar en unos minutos y ocultar en cualquier sitio , como en un detector de humos o hasta en una bolsa dentro de una papelera. Buena prueba de lo sofisticado que es el voyerismo tecnológico es que, en los dos últimos años, los funcionarios de Seúl no han encontrado ni una sola cámara.
Pero internet ha seguido nutriéndose de imágenes de mujeres tomadas clandestinamente. Todo ello a pesar de que el porno está prohibido en Corea del Sur y penado con hasta cinco años de cárcel su grabación y siete su distribución, así como con multas de entre 10 y 30 millones de won (entre 7.600 y 23.000 euros). Aunque más de 5.400 personas fueron detenidas el año pasado con «cámaras espía», menos del dos por ciento fueron encarceladas, recoge la BBC.
Además de estas imágenes, en internet se pueden ver otras de mujeres con minifaldas grabadas desde abajo y hasta «porno de la venganza» mostrando lo que uno hacía con su exnovia. Claras advertencias para dejar el móvil fuera de la alcoba.
