Pauline Cafferkey contrajo el ébola cuando trabajaba como enfermera voluntaria en Sierra Leona
Pauline Cafferkey contrajo el ébola cuando trabajaba como enfermera voluntaria en Sierra Leona - reuters

Mejora la enfermera escocesa que recayó en el ébola

Pauline Cafferkey ha pasado de estado «crítico» a «estable dentro de la gravedad» tras un nuevo golpe de la enfermedad que ya había superado en enero de este año

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Buenas noticias sobre el estado de Pauline Cafferkey, la enfermera escocesa de 39 años que ha recaído en el ébola, enfermedad que había superado en enero tras casi un mes en una unidad de aislamiento absoluto. El pasado miércoles se temía seriamente por su vida, al informar el hospital Royal Free de Londres de que su estado de salud era «crítico». Pero ayer el centro en el que lucha contra el virus comunicó que ha mejorado y que ahora se encuentra «estable dentro de la gravedad».

Pauline se infectó con el virus a finales del año pasado en Sierra Leona, a donde había acudido como voluntaria, pero en enero había superado ya con éxito la enfermedad e incluso se acababa de reincorporar a su trabajo como enfermera en un centro de salud cercano a Glasgow.

Su recaída ha sorprendido a la comunidad científica. Cincuenta de las personas con las que ha mantenido más contacto han sido identificadas y a cuarenta de ellas se les ha ofrecido tratamiento preventivo.

La enfermera lleva diez días ingresada en el hospital Royal Free, el mismo en el que superó la dolencia en la primera ocasión. Hace tres semanas, Pauline recibió uno de los premios Orgullo de Gran Bretaña.Se distinguía su labor humanitaria en África y fue recibida por Samantha Cameron junto a los otros galardonados en el Número 10 de Downing Street. Aquel día comentó a la BBC que padecía dolores de articulaciones y problemas de tiroides y que se encontraba cansada. Pero con buen ánimo bromeó comentando que esas molestias le hacían «parecer más vieja» que los otros dos supervivientes británicos del ébola, que no arrastran secuelas.

A comienzos de octubre Pauline acudió a un médico generalista de Glasgow porque se encontraba mal, pero le diagnosticó una dolencia menor y la envió a casa. La familia ha criticado al facultativo y cree que fue «una gran oportunidad perdida» de detectar que había recaído en el virus. Al día siguiente fue ingresada en un hospital de Glasgow y acto seguido un avión militar medicalizado la trasladó al centro sanitario de Londres. La enfermera fue en el primer ciudadano británico contagiado por el ébola.

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