Jane Goodall, en el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología, en Alcobendas, Madrid
Jane Goodall, en el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología, en Alcobendas, Madrid - ignacio gil
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Jane Goodall: «Los chimpancés son casi como nosotros, tienen su propia cultura»

La primatóloga inglesa, premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica, Dama del Imperio Británico y Mensajera de la Paz de la ONU presenta sus dos últimos libros

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Entre los años sesenta y ochenta, tres jóvenes primatólogas fueron enviadas por el antropólogo Louis Leakey a recónditas selvasdel planeta para documentar el comportamiento de los grandes simios. Jane Goodall fue a Gombe (Tanzania) a estudiar los chimpancés; Dian Fossey a Virunga (Ruanda-Uganda-República Democrática del Congo), donde se encargó de los gorilas de montaña; y Biruté Galdikas a Borneo, a investigar sobre los orangutanes. Fossey fue asesinada en 1985; Galdikas y Goodall enabezan hoy sendas fundaciones internacionales dedicadas a la conservación de orangutanes y chimpancés. Estos días, Goodall ha estado en Barcelona y Madrid, en el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología, dando unas conferencias y presentando dos de sus últimos libros «55 años en Gombe» y «Conversaciones con Jane Goodall».

-Doctora Goodall ¿cómo son los chimpancés?

-Casi como nosotros. Mas parecidos que cualquier otra criatura viviente. Tienen una cultura propia, en el sentido estricto de que transmiten conocimientos de padres a hijos mediante la observación y el aprendizaje, utilizan herramientas para conseguir alimentos y mantienen relaciones familiares a largo plazo.

-¿Es esa la principal línea de investigación que siguen actualmente en el Instituto?

-Seguimos muchas, pero una de las más interesantes es la de las relaciones familiares. Antes, no podíamos saber quién era el padre de las crías, ahora con las técnicas de análisis de ADN somos capaces de trazar un mapa muy preciso de las comunidades para estudiar sus relaciones.

-¿Y qué es lo que más le ha llamado la atención??

Las largas relaciones familiares que mantienen. No se reducen al contacto madre-hijo sino que también se extienden al ámbito abuelos-nietos. Incluso fuera de la familia mantienen lazos duraderos y de altruismo. Hemos visto bebés huérfanos adoptados por hembras que perdieron a sus crías y hasta machos jóvenes que cuidan a crías sin madre que hubiesen muerto sin su ayuda.

-Se quieren, se cuidan... ¿se pelean también?

Sí. Esa es la parte más triste y oscura que he documentado. En situaciones excepcionales, si les falta alimento o espacio vital, son capaces de iniciar auténticas guerras de exterminio contra otros grupos. Acaban con los machos rivales y tratan de integrar a las hembras más jóvenes. Y ese comportamiento se transmite a los más jóvenes del grupo, que se sienten muy atraídos por esa violencia.

-Hace un año, se hizo muy famoso un vídeo suyo en el parque de Tchimpounga (República Democrática del Congo), en el que se ve cómo una chimpancé a la que liberó (Wounda), se abraza a usted antes de perderse en la selva. En esa misma grabación pidió como regalo de cumpleaños que se donase dinero para liberar a otros 60. ¿Lo consiguió?

-¡Sí (sus mejillas se iluminan)! Un buen amigo mío hizo una fiesta en Nueva York en la que cada comensal asumió el coste de la liberación de un chimpancé. Conseguimos el dinero, pero los chimpancés viven entre 60 y 65 años. Necesitamos más (sus pómulos vuelven a brillar). Y le voy a contar otra cosa; hace unas semanas estuve en el Parque y vi a Wounda, estaba feliz. Liberamos tres chimpancés más y uno de ellos también abrazó a Rebeca (la directora del centro de recuperación).

-16 premios Nobel acaban de pedir que se mantenga la investigación con animales, ¿qué opina?

-Es extremadamente horrible. No se les trata con respeto. Deberíamos poner más dinero para conseguir alternativas a esas técnicas. Los animales vivos no deben ser torturados.

-¿Y de los zoológicos?

-Algunos deben ser cerrados, algunos deben mejorar y algunos son incluso buenos para los animales. He visto primates en zoológicos verdaderamente felices. Hay que tener en cuenta que en muchas ocasiones se trata de animales rescatados. Por el contrario hay otros animales, como los delfines, que nunca deberían estar en cautividad. Con los elefantes ocurre algo muy parecido. Hay muy pocos zoos en el mundo que pueden mantenerlos en buenas condiciones.

-¿Cómo puede ayudar el ciudadano de a pie a los chimpancés?

-Es fácil, con pequeños gestos. Si 20 millones de personas ahorran agua, si 20 millones de personas gastan menos luz, si 20 millones se vuelven vegetarianos... Son pequeños gestos que tienen impacto. En los cajones de los hogares españoles hay 50 millones de móviles, de los que se puede reciclar el 90% de sus componentes; entre ellos el coltán, un mineral que financia las atrocidades de los señores de la guerra en África. Por eso hemos puesto en marcha la campaña « Movilízate por la selva».

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