Hospital de Bellvitge, en Barcelona
Hospital de Bellvitge, en Barcelona - JOB VERMEULEN
Recortes en sanidad

Denuncian al hospital de Bellvitge por la muerte de un paciente que estuvo 22 meses en lista de espera

Una enfermera del mismo centro denuncia que estuvo siete horas sola al cargo de seis pacientes «frágiles»

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Manuel López Becerra, de 66 años, es uno de los muchos rostros de los recortes sanitarios en Cataluña. Tras permanecer 22 meses en lista de espera pendiente de que le operaran de una hernia abdominal, una de las intervenciones con tiempo de espera garantizada en el sistema público de salud de esta comunidad, el paciente falleció el 15 de enero de 2015 en el hospital de Bellvitge de Barcelona como consecuencia de un «shock séptico con fracaso multiorgánico».

Su hija Sonia, que a través del Defensor del Paciente ha denunciado el caso ante el Juzgado de lo Penal de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), explicaba este jueves con rabia e indignación las innumerables ocasiones que llamaron a la puerta de la sanidad pública advirtiendo de la situación dramática de su padre «pero no recibimos respuesta y cuando la tuvimos ya era tarde».

En declaraciones a ABC, Sonia explica que la familia reclamó en numerosas ocasiones a la dirección de Bellvitge que se adelantara la intervención debido a la gravedad de la enfermedad, «pero la respuesta del centro fue que no había suficientes quirófanos libres». Añade que el caso es más grave debido a que la operación que esperaba su padre, está incluida dentro de las once preferentes dentro del sistema de salud catalán, y debía realizarse en el plazo de seis meses. Pese a ello, permaneció pendiente de ella desde enero de 2013 a octubre de 2014.

Manuel sufría una eventración gigante -una hernia que aparece en la zona de incisión de una anterior intervención quirúrgica en el abdomen- y fue diagnosticado e incorporado a la lista de espera preferente en enero de 2013. «En el momento en el que se la diagnosticaron la hernia tenía el tamaño de una pelota de ping-pong, pero cada vez se fue haciendo mayor y acabó del tamaño de una pelota de básquet», hasta el punto que reventó en octubre de 2014, cuando fue intervenido de urgencia y se le tuvo que extirpar 3,5 metros de intestino que se le habían necrosado. «Si le hubieran operado cuando tocaba, mi padre hubiera conservado el intestino y también la vida», dice la joven.

Cuando el paciente fue finalmente operado, su estado «era ya muy delicado y luego se complicó con una infección hospitalaria, por lo que tuvo que permanecer cuatro largos meses en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del centro, donde falleció», dice Sonia.

Reacción tardía

La familia ha denunciado a la doctora que trató al paciente y también al hospital por «no reaccionar ante las numerosas llamadas de socorro». «Los médicos alegaban que había 17 pacientes con cáncer de páncreas que debían ser intervenidos antes que él», recuerda la hija del fallecido.

Uno de los momentos más dramáticos, según explica a este diario, fue cuando su padre, «realmente superado por la situación», redactó, el 28 de mayo de 2014, una reclamación urgente al hospital exponiéndole la gravedad de su caso atendiendo a sus circunstancias personales. «Estoy pendiente de una operación de una hernia abdominal que me indicaron que me operarían antes de finalizar 2013. Ruego prioricen mi intervención dada mi situación personal y familiar. Mi mujer está enferma con demencia degenerativa y necesita mi ayuda para todo», indicó Manuel al centro, recordándoles también el «gran dolor físico» que debía soportar.

Durante el periplo de espera, en el que el paciente debía acudir a diario al centro de atención primaria (CAP) a tratarse la ulceración de la hernia, la familia pidió una segunda opinión en un centro privado de Barcelona: «Allí nos dijeron que si no éramos millonarios no podríamos pagar el coste de la intervención».

«Mi padre era joven y murió por falta de medios en el sistema sanitario», denuncia Sonia López. Aclara que, pese a que su padre le habían operado en 2009 de un cáncer de hígado, «no era un paciente frágil. No tuvo que recibir ni radioterapia, ni quimioterapia y salió limpio de todos los controles. Es muy duro que muriera por una simple hernia», lamenta.

«Llamé hasta los Mossos»

Por otro lado, una enfermera del mismo hospital denunció también ayer ante los medios la «dramática» falta de recursos en el centro. Tuyes Ramón, la trabajadora del Servicio de Trasplante Renal, advirtió de que «la falta de personal y las precarias condiciones que hay en Bellvitge acaban afectando a los pacientes», especialmente en los turnos de noche. Este diario ya denunció que los recortes extremos y la falta de personal sanitario cualificado han conducido a este hospital, uno de los principales del Instituto Catalán de la Salud (ICS), a situaciones límite como que los celadores realicen autopsias por falta de personal cualificado o que se dejen de realizar pruebas diagnósticas. 

Tuyes denunció que durante un turno de guardia nocturno reciente, el de la noche del 6 al 7 de abril, fue la única empleada de su departamento y tuvo que cuidar durante siete horas de seis pacientes «delicados», una ratio para la que deben haber dos enfermeras y una auxiliar: «La dirección se ha negado a reforzar el personal y me quedé sola más de dos horas con pacientes muy delicados, algo inadmisible».

La trabajadora denunció que esta situación genera «estrés, miedo y ansiedad, lo que podría desencadenar en un error trágico», y aseguró que esta falta de recursos es generalizada y no solo afecta a la Unidad de Traplante Renal. «Fue un turno de gran estrés; reclamé personal a la dirección y me contestaron que no tenían en previsión reforzar personal. Como estaba tan agustiada, no sabía qué hacer y llamé a los Mossos d'Esquadra, pero, como es lógico, no pudieron ayudarme porque no había denuncia penal», explica la enfermera.

Los recortes son también la causa, según denuncia Antonio Capilla, afectado de hepatitis C y que lleva un año y medio con cirrosis, de que «aún esté esperando el tratamiento prometido. Se ha dado mucho bombo político a esta historia pero la realidad es que mucha gente está en una situación desesperada y siguen sin recibirlo», denuncia el enfermo.

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