Imagen aérea de Central Park, en Nueva York
Imagen aérea de Central Park, en Nueva York - AP
medio ambiente

Las ciudades como laboratorios abiertos del cambio climático

Científicos de varios países proponen estandarizar los protocolos de recogida de datos sobre el comportamiento de la vegetación urbana para usar esa información en estudios sobre las consecuencias del calentamiento global

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Las plantas son nuestro mayor aliado para naturalizar las grandes ciudades y hacerlas más confortables. Pero su función va mucho más allá de la ornamental. Un artículo de opinión publicado recientemente en la revista « Trends in Plant Science» por los investigadores Carlo Calfapietra, del Institute of Agro-Environmental and Forest Biology (IBAF) y del National Research Council (CNR); Josep Peñuelas, profesor de investigación del CSIC en el CREAF; y por Ülo Niinemets, investigador de la Estonian University of Life Science y de la Estonian Academy of Sciences, propone convertir nuestras urbes en gigantescos laboratorios para estudiar el cambio climático.

Josep Peñuelas explica a ABC que «en nuestras ciudades se reproduce a escala local lo que está ocurriendo en el planeta entero.

Si se estandarizasen todos los protocolos de recogida de datos de toda la vegetación urbana, tendríamos en nuestras manos una herramiente muy útil para afrontar el futuro». El ambiente urbano podría así utilizarse como un «laboratorio abierto», con menos restricciones y más barato que uno «cerrado», asegura Peñuelas.

Microclimas modificables

Las condiciones estresantes de la ciudad ponen a prueba la capacidad de las plantas para reducir los contaminantes del aire, fijar el dióxido de carbono, disipar el calor, reducir la erosión que provoca el agua de la lluvia e incluso crear microclimas más adecuados. «Saber cómo se defiende la vegetación en un entorno cada vez más cálido y contaminado, como es el de las grandes ciudades, nos ayudará a mejorar su habitabilidad, tanto a nivel de modificación del microclima local como de mejora de la calidad del aire, con las consecuencias positivas que esto tiene para nuestra salud», dice Peñuelas.

En febrero de 2013, se lanzó « Infraestructura Verde», una iniciativa respaldada por investigadores de 32 países europeos, además de Estados Unidos, Canadá. Argelia y Armenia, y también la Agencia de la ONU para la Alimentación ( FAO), en la que se busca mejorar el conocimiento del papel que juegan los espacios verdes y aprovechar esa información para mejorar nuestra calidad de vida.

Ver los comentarios