Misa concelebrada con más de 160 purpurados
Misa concelebrada con más de 160 purpurados - REUTERS

El Papa invita a los cardenales a no tener miedo al escándalo farisaico de las «personas obtusas»

Recordó al colegio cardenalicio que «el camino de la Iglesia es no condenar a nadie para siempre»

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El mensaje de despedida del Papa a todos los cardenales del mundo, reunidos durante cuatro días en Roma, fue que no tengan miedo al escándalo farisaico, arma favorita de «obtusos» y «ritualistas» que no entienden la enseñanza de misericordia de Jesús.

En la misa concelebrada con más de 160 purpurados, incluido el nuevo cardenal elector español Ricardo Blázquez, el Papa comentó el pasaje evangélico de curación de un leproso en el que «Jesús revoluciona y sacude fuertemente aquella mentalidad cerrada por el miedo y recluida en los prejuicios».

Es lo que ya había hecho cuando, «ante la mujer pecadora, no la condena, sino que la salva de la intransigencia de aquellos hombres dispuestos a lapidarla sin piedad, pretendiendo aplicar la ley de Moisés».

Ese tipo de actuaciones, igual que el comer con publicanos, desataba el «escándalo de algunos» pero, según el Papa, «Jesús no tiene miedo de este tipo de escándalo. No piensa en las personas obtusas que se escandalizan incluso de una curación, de cualquier apertura que no entre en sus esquemas mentales, de cualquier caricia o ternura que no corresponda a su forma de pensar y a su pureza ritualista».

Consciente de que algunos católicos le reprochan a él por cosas parecidas, el Papa invitó a los cardenales a no amilanarse si también les critican a ellos pues «san Pablo encontró una gran hostilidad», mientras que «san Pedro fue duramente criticado por la comunidad cristiana cuando entro en la casa del centurión pagano», y María «sufrió la marginación de las calumnias y el exilio».

Para los quince nuevos cardenales electores y los cuatro purpurados octogenarios que recibieron la birreta el sábado, la primera eucaristía con el Papa fue un momento inolvidable.

La palabra «cardenal» viene de «cárdine», «quicio», y el Papa les invitó a ser fuertes ante la persecución o la crítica. Pero, al mismo tiempo, a ser misericordioso ante la fragilidad humana y a preocuparse por los que sufren como hacia Jesús, pues «nuestra credibilidad se descubre y se revela en el evangelio de los marginados».

Ver los comentarios