Infraestructuras

El túnel que es imposible para Sevilla vale para Bilbao

La Diputación de Vizcaya adjudica sin debate un enlace bajo la ría similar al de la SE-40, paralizado desde hace una década

Presentación de la nueva variante vasca que tiene un tramo bajo la ría del Nervión EFE

E. Martos

Hace apenas dos años que la Diputación Foral de Vizcaya concretó el diseño de una variante para aliviar el tráfico que soporta el nudo de carreteras construido en el entorno de Bilbao. Este nuevo enlace, que unirá las localidades de Guecho y Portugalete, viene a resolver los numerosos problemas de atasco en la entrada y salida de la ciudad, pero para ello hay que sortear la ría del Nervión, la fase más cara y compleja de la infraestructura .

Durante algún tiempo se estudió la posibilidad de hacerlo mediante un puente que conectara las dos orillas, una solución que ya se había aplicado con éxito en los setenta para unir Baracaldo y Erandio mediante el paso de Róntegui. Pero se terminó desechando la idea al considerar que un túnel de dos galerías y dos carriles por sentido resolvería mucho mejor el problema, a pesar de ser más caro. Y una vez que se tuvo claro, se anunció el proyecto.

La historia apenas difiere de la ampliación de la sevillana SE-40, cuyo cierre sur todavía está en fase de debate, obviando que ya unos técnicos expertos de Fomento vieron la idoneidad de hacer dos galerías de túneles bajo el Guadalquivir , encargaron la redacción del proyecto y adjudicaron sus obras. Ha pasado ya una década desde que las máquinas excavadoras comenzaron los trabajos en el terreno, una ejecución que fue paralizada por los estragos de la crisis y que ahora se antoja poco menos que imposible, a juzgar por el rosario de justificaciones que ofrece el Ministerio para mantener la obra en el cajón.

De los 700 millones de euros en los que se presupuestó en su día, cien más de lo que costarán los túneles vascos, la previsión se eleva ahora hasta los 1.500, como anunció el flamante ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos . La cifra ha crecido de forma proporcional a la falta de interés de su departamento para sacar adelante un proyecto que, excepcionalmente y sin precedente anterior, precisó de un modificado para incluir nuevos estudios de inundaciones tras el inicio de las obras.

Actualmente la circunvalación sevillana parece en punto muerto. Los cuatro millones de euros recogidos en las cuentas de 2018 para la actualización de los proyectos todavía siguen consignados sin que se haya ofrecido detalle alguno de la situación de los mismos. Por otro lado, el Ministerio de Fomento ha tanteado a alcaldes de los municipios en los que tiene impacto la SE-40 , cargos públicos y responsables de instituciones sobre la posibilidad de sustituir al menos uno de los túneles por un puente, como avanzó ABC, sin que la solución haya generado consenso ni convenza a todos por igual. El debate está servido.

El invento holandés

Mientras se divaga en el sur sobre la solución para avanzar con esta autovía, que es la única que ofrece una solución real a los atascos a la entrada y salida de Sevilla, la Diputación Foral de Vizcaya ha sacado ya a licitación una carretera soterrada que tiene más de tres kilómetros de longitud en la totalidad del trazado .

La fórmula no es original, se ha tomado como modelo el túnel Westerschelde de Países Bajos, una galería subterránea de 6,6 kilómetros construida en 2003 bajo el estuario del río Escalda. Hasta la zona, situada al suroeste del país y en la provincia de Zelanda, se desplazó una delegación de la Diputación que pudo comprobar in situ las particularidades de la infraestructura, que conecta las localidades de Borssele y Terneuzen.

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