Coronavirus en Sevilla

El virus también encierra a los ladrones en sus casas

Compartir el coche es el mayor abuso que se hace del decreto de alarma en la ciudad, que sigue vacía

Crece la conciencia entre los residentes, que cada vez salen menos sin motivo

Control de la Policía Local en la glorieta de Pineda J. M. Serrano

Elena Martos

La declaración del estado de alarma ha puesto en cuarentena hasta la delincuencia en Sevilla. El principal delito que requiere de la intervención de los agentes de Policía Local estos días es esquivar el confinamiento, incluso en zonas habitualmente conflictivas como las Tres Mil Viviendas, que ayer era un páramo vacío . «Ves las calles, hoy no hay ni una sola persona. La gente se empieza a concienciar en todas partes, aunque siempre hay quien piensa que esto con va con él», comentó uno de los agentes de Policía Local que integró uno de los dispositivos de tráfico al que se sumó ABC.

Hasta el cordón de seguridad instalado en la glorieta de Pineda fueron llegando los primeros conductores sin acompañantes en sus vehículos. «Esa es la manera correcta. Hay que ir solo y únicamente se permite un pasajero en caso de necesidad», aseguró. Esa recomendación la repite una media de cien veces al día este policía, al que conocidos y familiares lo bombardean a preguntas. « Todos intentan buscar una excusa para saltarse la norma . Te dicen y si tengo una urgencia en casa y si tengo que llevar al trabajo a mi mujer o mi hijo que no conducen y si me pide un vecino que lo acerque y si... No hay que buscar excusas, ya se dan las excepciones en el decreto », recalcó con enfado.

Un vehículo en el control J. M. Serrano

A pesar de la calma en las calles, son días muy estresantes para los cuerpos de seguridad, porque «razones de sentido común tenemos todos para no respetar la norma» , advirtió, pero no les resulta fácil reprender a los ciudadanos por hacer deporte al aire libre, dar un paseo o simplemente desplazarse hasta otro barrio a comprar. El lado bueno de esta situación es que la delincuencia ha caído a niveles mínimos. Ni siquiera hay conflictos dentro de las casas derivados del confinamiento , coincidieron varios de los agentes que participaron ayer en el control, aunque no se atrevieron a garantizar que la situación siga igual de tranquila durante la segunda semana de encierro. La rutina diaria se limita a patrullar calles vacías y controlar que se respeta la distancia de un metro en la cola del supermercado o del cajero, supervisar los servicios de transporte público y que la gente no salga de casa sin motivo aparente.

« Si no se puede estar en la calle es difícil cometer un delito », razonó. El menudeo de droga, los atracos o las peleas se reducen al mínimo. «Los primeros días de confinamiento atendimos denuncias por pequeños hurtos en supermercados, pero hasta eso ha desaparecido», aseguró. Las tiendas y bares están cerrados y, por supuesto, se han vaciado las cajas registradoras y se han llevado a almacenes seguros los productos de más valor. Es difícil dar un palo estos días con los barrios solitarios y la vigilancia permanente de la Policía .

Los dueños de comercios y negocios hosteleros también están cumpliendo ampliamente con el decreto, a pesar de que haya quien busque resquicios para seguir activo. El abuso, en este caso, viene por los que pretenden vender comida a domicilio sin tener licencia para ello ni cuentan con locales preparados . «No es que eso suponga un peligro en sí mismo, sino una competencia desleal hacia los que sí se han especializado en ese modelo. Aquí hay mucha gente que va a perder su trabajo e incluso sus empresas, que lo pasa mal por cosas más graves que no salir de casa. Hay que ser responsables y cumplir con lo dictado, que no es un capricho de nadie », lamentó.

Un caso de excepción

Y mientras explicaba los casos más habituales de incumpliento, el agente se acercó a uno de los conductores que pararon ante el control con cuatro pasajeros a bordo. La sorpresa fue la razón de la plena ocupación del vehículo: una misma familia que había acudido al hospital Virgen del Rocío con citas médicas urgentes todas para el mismo día y de distinta especialidad. «No me lo podía creer, pero me han mostrado los certificados firmados por médicos diferentes y con el sello del SAS. Es el primer caso que se nos da, pero hemos visto a otros de esta guisa que van al médico y para llevar al niño van el padre, la madre y hasta la abuela. Eso no se puede consentir», argumentó.

Otra de las excusas habituales pasa eludir la cuarentena es el cuidado de los mayores, para lo que no hay justificante impreso . «Es habitual que salgan con eso, pero nos los hemos encontrado en barrios distintos al suyo y al de la persona a la que supuestamente van a cuidar», aseguró, tras repetir que «es importante que todos cumplan, porque esto es una batalla de la sociedad al completo».

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