«Curioso» no ha corrido el encierro con el resto de sus hermanos
«Curioso» no ha corrido el encierro con el resto de sus hermanos - efe

La querencia de un toro moviliza a más de cien personas

Ganaderos, carpinteros, policía municipal y foral y protección civil han trabajado para devolver al toro que se ha quedado en los corrales

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Más de un centenar de personas ha tenido que ser movilizadas para devolver a los Corrales del Gas al toro que en el encierro se ha dado la vuelta y ha regresado al punto de partida de la carrera. [Así hemos contado el encierro en directo] Para el anecdotario histórico de los encierros de San Fermín quedará esta circunstancia protagonizada, además, por un toro que curiosamente, valga la redundancia, se llama «Curioso».

Esta circunstancia era inédita en los encierros de San Fermín, por lo que se ha tenido que activar el protocolo por primera vez. Ya en el año 1988 un toro volvió a los corrales. Pero al llegar, se encontró con la puerta de los mismos cerrada, por lo que tuvo que realizar nuevamente el recorrido completo.

En esta ocasión, el toro se ha quedado y los responsables de seguridad del encierro, tras numerosas consultas, han decidido que era mejor devolver al toro a los corrales del Gas ya que realizar el encierro normal en solitario y con la cantidad de gente que había dado que es sábado, era demasiado peligroso.

El alcalde de Pamplona, Joseba Asirón, ha recordado que “en ningún momento se ha barajado la posibilidad de que hiciera el recorrido. Ya desde la noche se le veía un especial nerviosismo, por lo que, de haber regresado a las calles, podríamos estar hablando de consecuencias mucho más dramáticas”, ha afirmado Asirón en la rueda de prensa en la que se ha explicado lo realizado.

Los corrales del Gas son unos corrales con todo tipo de comodidades situados en el barrio de la Rochapea, en la que descansan los toros los días previos al encierro. La noche antes de que corran se les traslada a los corrales de Santo Domingo, que es de donde salen para el encierro.

Una vez que se ha visto que el toro se ha vuelto, se han hecho las consultas pertinentes entre todos los organismos que trabajan en un encierro y se ha decidido devolverlo a la Rochapea, donde se instalará en un camión que transporte al animal a la plaza de toros.

Instalación específica

El concejal de Seguridad Ciudadana, Aritz Romeo, ha explicado que “se ha hecho una instalación específica para este caso”. Se ha vuelto a instalar el vallado que une los corrales del Gas y los corrales de Santo Domingo. Se ha cogido a los cabestros de cola, que son unos cabestros que salen dos minutos después de los toros por si algún morlaco se queda rezagado. En el día de hoy no han salido y se han podido aprovechar para devolver al toro. Los tres cabestros han arropado al toro y se ha trasladado hasta la Rochapea.

El director de Seguridad del Ayuntamiento ha explicado que en total han participado más de 100 personas para llevar al toro, por la mera cabezonería del animal, que no ha querido hacer el recorrido con el resto de sus hermanos. Ganaderos, carpinteros, policía municipal, policía foral y personal de Protección Civil han trabajado expresamente para la acción.

Aritz Romeo ha destacado que para las 9:15 de la mañana, el morlaco ya había sido llevado hasta la Rochapea. “El dispositivo de seguridad ha sido rápido, eficaz y efectivo”, ha resaltado Romeo. Existía un plan B, que ha sido conocido gracias al suceso de esta mañana. En la calle Chapitela, junto al recorrido del encierro, hay un camión con una cama preparada específicamente para toros y también hay dardos tranquilizantes. Se mantienen ahí por si acaso algún toro se cae y no hay forma de levantarlo. Aunque incluso se ha procedido a llevar el camión cerca del corral de Santo Domingo, afortunadamente, no ha sido necesario utilizarlo. “Se ha buscado la solución más efectiva y que menos afectara al animal”, ha destacado el alcalde Joseba Asirón.

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