Hongo PhycomcesRevista PNAS

Identifican una nueva proteína que repara el ADN

Este descubrimiento demuestra los procesos que sufren las proteínas en su evolución para adquirir nuevas funciones

MADRID Actualizado: Guardar
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«Digamos que hemos encontrado un eslabón perdido en las proteínas que reparan el ADN». Explica el profesor Luis Corrochano Peláez del Departamento de Genética de la Universidad de Sevilla al explicar las conclusiones de la investigación que ha llevado a cabo junto a los profesores Víctor García Tagua, Gabriel Gutiérrez Pozo y Alejandro Miralles en colaboración con investigadores de la Universidad de Salamanca y de la Universidad de Marburgo en Alemania.

Para entender el trabajo, tenemos que pararnos a recordar que en el día a día la radiación UV daña el ADN y da lugar a mutaciones que permiten el crecimiento descontrolado de las células cancerosas. Para hacer frente a esta agresión las células tienen sistemas de reparación del ADN.

Uno de estos sistemas está basado en una proteína, la fotoliasa, que se activa por la luz azul para reparar alteraciones del ADN. Pues bien, lo que ha puesto de manifiesto esta investigación es la evolución que han sufrido los genes de la fotoliasa, que evolutivamente se han duplicado dando lugar a nuevas proteínas, los critpocromos, que han ido perfeccionando su capacidad de percibir la luz ampliando sus funciones en las células.

«Los criptocromos, por ejemplo, usan la luz azul como señal para regular el desarrollo de las plantas y el ritmo circadiano de los hongos y los animales», explica el profesor de la Universidad de Sevilla Luis Corrochano. Estamos por tanto ante una nueva proteína que ayudaría en la reparación del ADN pero que además ejerce otras funciones. Es el caso del hongo Phycomces el criptocromo, que ha mantenido su función primitiva de reparar el ADN como si fuera una fotoliasa, la proteína primigenia originaria.

Este descubrimiento ilustra las transiciones que sufren las proteínas en su evolución para adquirir nuevas funciones, que se sumarían a la inicial de emplear la luz para reparar el ADN.

«Nuestros resultados abren la puerta a entender mejor los mecanismos que usan las células para proteger el ADN del daño que le puede causar la radiación UV», explica Corrochano. Un avance del que se ha hecho eco la prestigiosa revista de la Academia de Ciencias de Estados Unidos Proceedings of the National Academy of Sciences USA (PNAS).

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