Una sola cirugía para regenerar el cartílago dentro de la rodilla

La Fundación García Cugat ha logrado recuperar la ternilla aplicando factores de crecimiento en una única intervención quirúrgica

ABC

Sergi Font

Desde que en 1743 el doctor William Hunter concluyó que el cartílago no se podía regenerar, no han sido pocos los estudios y experimentos que han tratado de encontrar la fórmula para reproducir de forma natural los condrocitos, que son las únicas células que habitan en las ternillas. Las técnicas que se conocen hasta hoy son poco efectivas o muy costosas. El tejido que se crea para paliar la falta de cartílago no es como el original, sino que forma un colágeno diferente. El paciente deja de tener un cartílago hialino , que es el que se encuentra en las articulaciones humanas, para desarrollar un cartílago fibroso que no tiene las mismas propiedades ni la misma calidad.

Muchos centros médicos suelen utilizar el trasplante de condrocitos para paliar una rotura de cartílago, lo que supone tomar una muestra de la rodilla dañada, cultivarlos en un laboratorio y, al cabo de tres o cuatro semanas, volverlos a implantar en la articulación, con el coste que ello conlleva: el cultivo de los condrocitos es muy caro y a ello hay que sumar dos quirófanos, dos anestesias, dos cirugías... La Fundación García Cugat aboga por otra técnica más económica y efectiva .

«Tendríamos que investigar y lograr el bienestar de las personas pero a un coste que se lo pueda permitir todo el mundo», le comentó un día la doctora Montserrat García Balletbó (especialista en anatomía patológica e investigadora en tratamientos biológicos de regeneración de los tejidos) a su esposo, el traumatólogo Ramon Cugat. En 2001 se pusieron manos a la obra y empezaron a estudiar la evolución en lesiones articulares de animales y a probar diferentes remedios, ayudados por diferentes universidades de medicina y veterinaria. Hasta que el trabajo dio sus frutos. «En un experimento con ovejas conseguimos que el tejido que se estaba creando solo tuviera colágeno dos, como el hialino. Pero se tenía que transmitir a la cirugía de pacientes», explica Cugat. Y esa primera prueba tuvo lugar en julio de 2015, en un jugador de fútbol juvenil que ahora es profesional.

En 190 rodillas ya

Comprobaron con satisfacción el buen comportamiento clínico, el escaso dolor, la buena función que tenía la articulación y que pudo jugar de forma progresiva. Pero todo gran éxito suele ir acompañado también de la suerte. Y esta llegó en forma de lesión: «El jugador tuvo la desgracia de, al cabo de diez meses aproximadamente, romperse el ligamento cruzado de esta misma rodilla y entonces pudimos hacer una artroscopia y nos entretuvimos en ver cómo había evolucionado su cartílago. Y pudimos ver que estaba regenerado», explica el traumatólogo.

Desde entonces, han aplicado esta técnica en más de 190 rodillas en seis años. Cugat, pionero en la investigación y el tratamiento con terapias biológicas como complemento a los tratamientos convencionales, especialmente con factores de crecimiento y PRP, asegura que « esta técnica ha salvado la carrera de más de un futbolista , de que pudiera seguir jugando. Y jugadores de primera línea, de selección nacional...».

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