Adiós a Casillas

Mourinho o el origen de la inquina

Los duros desencuentros entre el técnico portugués y el capitán blanco acabaron por dividir a la afición madridista

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«Mi mensaje, para que de una vez por todas lo entendáis, es que soy entrenador de fútbol y tengo responsabilidades, como elegir quién juega. No lo hago con una moneda, sino pensando, analizando, estudiando muchas horas mis decisiones, viendo partidos e intentando decidir de acuerdo con mi cabeza. A mí me gusta más como portero Diego López que Iker Casillas». Mayo de 2013. José Mourinho apura sus últimos días como entrenador del Real Madrid. Falta por llegar la derrota que sellaría su salida: final de la Copa del Rey ante el Atlético en el Bernabéu. Con Diego López en la portería.

«No tengo ningún problema personal ni quiero perjudicar a nadie, me gusta más Diego porque juega bien con los pies, sale, domina el juego aéreo. Íker es un portero fantástico entre palos, pero me gusta más otro tipo de portero.

Íker puede decir que le gusta otro entrenador como Del Bosque, de otro tipo de perfil como Pellegrini, o un entrenador manejable como no sé quién. Es legítimo que lo diga. Yo como entrenador tengo legitimidad para decir me gusta más un portero y conmigo, mientras sea entrenador del Real Madrid, va a jugar Diego López».

Ese fue el penúltimo capítulo de una historia de desencuentros (el último ha seguido escribiéndose después, con puyas de «The Special One» desde Londres, con respuestas del guardameta desde Madrid). Todo empezó en el verano de 2011, cuando Casillas contactó con Xavi y Pujol para limar asperezas después de la serie de clásicos de la temporada anterior que culminó con el lamentable episodio del dedo de Mou en el ojo de Tito Vilanova, a la sazón lugarteniente de Guardiola en el banquillo del Barcelona. El entrenador portugués se sintió traicionado por su capitán y lo relegó a la suplencia en el Trofeo Bernabéu.

Después de varios episodios de tirantez, es en la campaña 2012-13 cuando la ruptura es ya definitiva. Mourinho sienta a Casillas por Adán en La Rosaleda, frente al Málaga. En un partido de Copa frente al Valencia el capitán cae lesionado en una jugada fortuita con Arbeloa. Son sus momentos más difíciles. Llega el mes de mayo y el técnico portugués habla claro sobre sus preferencias. Pero el rotundo fracaso de la temporada fuerza su salida hacia el Chelsea.

No obstante, la cizaña está sembrada. Desde entonces, cada partido en Chamartín se convierte en un plebiscito con el capitán como protagonista, que esta pasada campaña acaba harto de los pitos. En una entrevista con Iñaki Gabilondo en Canal+, se sincera sobre su relación con Mourinho: «La primera etapa fue muy buena, la última no tanto. Era una relación que no da más de sí. Tiene mi máximo respeto porque es entrenador, pero si hay una cosa que no te gusta, hay que debatirla. No quiere decir que seas más que tu entrenador, que es tu jefe».

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