Cristiano alcanza a Santillana, el siguiente será Di Stéfano

Cuando Florentino Pérez contrató a Cristiano Ronaldo en junio de 2009 nunca pudo pensar que el portugués conseguiría 288 goles en cinco años y medio como madridista. El presidente del club blanco no podía calibrar que había fichado a un delantero para el que sería habitual alcanzar más de cincuenta tantos por temporada. Precisamente, su primer curso en la casa blanca fue el menos bueno. Una lesión le obligó a quedarse en 33 dianas, una cifra que haría estrella a cualquier futbolista en España, Inglaterra, Italia o Alemania.

Para Ronaldo ese era un punto de partida. En las siguientes campañas anotó 53, 60, 55 y 51. Ahora suma 36 en 30 partidos, camino de otra plusmarca. En Getafe protagonizó dos goles y alcanzó los 288, el mismo número que Carlos Alonso González, Santillana, dejó plasmado para la historia.

El luso ya es tercero en el ránking histórico del Real Madrid, igualado con el ariete cántabro. Su siguiente objetivo son los 307 protagonizados por Di Stéfano desde 1953 a 1964. Y el reto final es superar al líder de los rematadores de la entidad, Raúl, que dejó para la leyenda 323.

Cristiano piensa obtener el liderazgo intemporal este año. Le faltan 35 tantos para empatar con el hombre del que heredó el número siete. Compartió equipo con él en aquella temporada 2009-10, con Pellegrini. El chileno fue quien condenó al delantero madrileño a la reserva. Se retiró con aquel gol en La Romareda, el 323. Ahora, Cristiano pretende tomar el relevo y plasmar un récord muy difícil de superar.

Esos 288 aciertos se reparten en 205 goles en Liga, 57 en Champions, 21 en Copa, dos en la Supercopa de Europa y tres en la Supercopa de España. Desea establecer una marca perenne en la historia del Real Madrid, el club con el que soñó desde niño, y de la Copa de Europa, sin olvidar la Liga. Su cabeza está centrada en ser el mejor del mundo y plasmarlo en todos los registros.

«Tengo 29 años, pero me siento como si tuviera 25», señala el Balón de Oro. Sus manifestaciones son un pase a seguir. Quiere decir que le quedan otros seis años de fútbol y que se cuidará como siempre para ofrecer su mejor rendimiento a lo largo del tiempo.

Ahora, camino de los 30, los cumple el cinco de febrero, Cristiano lleva 36 goles en 30 encuentros disputados en la presenta campaña. De ellos, 28 los ha rubricado en diecisiete jornadas de Liga. Su promedio de acierto es portentoso: 1,6 por partido. Los 36 se completan con los cinco rubricados en la Champions, el marcado en la Copa ante el Atlético y los dos que decidieron la final de la Supercopa de Europa. Es increíble lograr ese porcentaje de 1,6 tantos cada noventa minutos. Supera su media de las cinco temporadas y media en el equipo, que también es abrumadora: 1,19.

Camina hacia una nueva Bota de Oro. «Y voy a por el cuarto Balón de Oro» advierte. Ancelotti confirma esas sensaciones. «Ya ha comenzado esa carrera», aduce el entrenador, que admira la precisión metódica, diaria, rutinaria, pesada, sacrificada del portugués para cuidar sus músculos, tonificarlos y mantener siempre un alto ritmo de competición.

La regularidad de Ronaldo se basa en esa capacidad para rendir a un buen nivel incluso en las oleadas de ritmo bajo de forma. El Pichichi de la Liga admitía hace unos días, al caer eliminado de la Copa, que ahora no se encontraba en su estado físico idóneo porque es imposible mantenerse al máximo durante nueve meses. Advirtió que en dos semanas volvería a estar al cien por cien. Es una estrella y en su momento más normal, más humano -«no soy de otro planeta», indicaba- anotó un gol de penalti en Mestalla, otro de cabeza frente al Atlético y dos en Getafe, dando valor a un triunfo importante cuando el Madrid todavía no ha adquirido el repunte de su segunda ola de buen rendimiento. El artillero no deja de aparecer incluso en las minicrisis.

Tras firmar en 2009 su primer contrato, renovó con el Real Madrid en 2013 un nuevo acuerdo hasta el 30 de junio de 2018. En ese momento tendrá 33 años. Espera jugar a un gran nivel hasta esa fecha. «Y renovar por dos o tres años más», como subraya Jorge Mendes, el apoderado que ha vivido su carrera como representante desde los 16, cuando militaba en el Sporting de Lisboa. Es mucho más que su regidor. Es su amigo. El hombre que le apoyó y le ayudó cuando más le hacía falta, en sus comienzos. El ayudante que ha gestionado lo mejor de sus contratos. Mendes ha disfrutado con esta progresión sin fin de su compatriota, que le permite pensar en dejar un récord casi imposible en el Real Madrid.

El propio Ferguson, que le fichó para el Manchester United en 2003, cuando era juvenil, admite que está sorprendido por la capacidad rematadora de Ronaldo en el club español. . «Nunca pensé que podría marcar esa cifra de goles», nadie lo pudo calcular. Solo Cristiano.