La casa Surga ya es oficialmente propiedad de Utrera

En las últimas décadas una herida en el corazón de muchos utreranos permanecía abierta sin que apareciera en el horizonte una solución auténtica para cicatrizarla. Uno de los edificios más destacados de la arquitectura civil en la localidad, la conocida casa Surga, se caía a pedazos, mostrando una selva de vegetación en su entrada y habiendo sido incluso objetivo de numerosos vándalos, que acabaron desvalijando la rica decoración con la que contaba históricamente el inmueble.

Un monumento que era propiedad del Consorcio de Aguas del Huesna, siendo además el lugar que incluso se barajó para la instalación de la sede de esta empresa a nivel comarcal, una posibilidad que terminó desechándose, por lo que después de numerosas negociaciones ahora ya es oficialmente propiedad del Ayuntamiento de Utrera.

En 2015, siendo alcalde de la localidad Francisco Jiménez (PA), ambas entidades llegaban a un acuerdo para que tres cuartas partes del edificio se convirtieran en propiedad municipal. El resto de la casa, los antiguos graneros, es de propiedad particular, un lugar donde se ubica la tradicional taberna «Casa Currito», muy frecuentada por numerosos utreranos.

El acuerdo alcanzado en 2015 se ha materializado recientemente con la firma de las escrituras, en un acto en el que han participado el presidente de Diputación y del Consorcio, Fernando Rodríguez Villalobos, y el alcalde de Utrera, José María Villalobos (PSOE).

Durante años los utreranos se acostumbraron a ver uno de los edificios más destacados del patrimonio local, completamente abandonado, plagado de vigas de hierro para consolidar una fachada que se caía a pedazos. Después del acuerdo con Diputación, han tenido lugar en los últimos años una serie de obras para consolidar la propia fachada y la primera crujía, aunque por el momento es una incógnita la utilización que podría tener en un futuro este inmueble.

La casa Surga es un edificación señorial del siglo XVIII, que cuenta con la catalogación de Bien de Interés Cultural (BIC), siendo su fachada, ejecutada en 1783, una de sus piezas más valiosas. Fue construida por la familia Fernández de Abaunza, quienes hicieron fortuna en América.