La parroquia de la Oliva de Lebrija se queda pequeña para despedir a la última víctima de violencia machista

Luto en Lebrija. El toque a difuntos de las campanas de la Giraldilla anunciaba esta tarde el funeral de María del Castillo Vargas Amaya, lebrijana de 37 años, madre de dos pequeños de 11 y 7 años, que fue asesinada presuntamente por su expareja sentimental, Manuel R. M., de 40 años.

La rabia e incomprensión del día anterior dio paso a la tristeza y el respeto por la fallecida y sus familiares.

A las 18.00 horas llegaba el coche fúnebre portando el féretro a la plaza Rector Merina donde se encuentra la parroquia Nuestra Señora de la Oliva, templo mayor lebrijano. La iglesia y la plaza se llenaron con los asistentes a la misa de exequias presidida por el párroco Manuel Arroyo.

Vecinos de etnia gitana y no gitanos compartieron en silencio el dolor por la última víctima de la violencia machista en la provincia sevillana.

La madre de la fallecida, la conocida cantaora Juana Vargas, se despidió entre lágrimas dando las gracias a los asistentes al funeral. La artista estuvo arropada por sus familiares en todo momento.

Este jueves se conocía el informe preliminar de la autopsia que le habían realizado esta mañana a la víctima y que confirma que el asesino, además de golpearla, la apuñaló antes de tirarla por el balcón de la vivienda. Después se subió a su vehículo y pasó por encima del cuerpo.

Manuel R. M., de 40 años, continúa ingresado en el hospital de Valme donde ha sido intervenido de una fractura en la muñeca. Fuentes judicial han confirmado que es previsible que pase a disposición judicial este viernes.