La Policía Nacional despliega un importante operativo en Rota y Chipiona con siete detenidos

Así en torno a las seis de la mañana agentes de los Grupos Operativos Especiales (GOES) perfectamente equipados y pertrechados con escudos y arietes y llegados desde Sevilla irrumpían en la zona de la barriada conocida como las 40 viviendas para comenzar los registros y detenciones.

Eran apoyados por una amplia dotación de la Unidad de Intervención Policial (UIP), de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), radiopatrullas y por Policia Local, quien se encargaba de cortar el tráfico en todo el perímetro.

Los registros se realizaban en la calle Batalla de Lepanto y aledañas de manera simultánea. Además de en otras localizaciones de municipios cercanos como Chipiona. Las entradas, que habían sido preparadas con gran precaución ante la posibilidad de que hubiera armas en los domicilios de los objetivos, se desarrollaban finalmente sin incidentes.

Y dicha prevención no era para menos. Según ha podido saber este periódico, este importante operativo está relacionado con la investigación en la que se produjo un tiroteo recientemente en Lebrija (Sevilla) cuando una organización recibía con disparos a agentes de la Policía Nacional en el transcurso de una operación antidroga. Los agentes detuvieron entonces a dos personas e incautaron 4.500 kilos de hachís que estaban ocultos en esta ‘guardería’.

Desde entonces, y con la información que ya se tenía recabada antes de aquella entrada, se ha ido hilando algo más sobre las personas que formarían parte de dicha organización y sus enlaces a fin de identificarlos y detenerlos con pruebas por pertenecer presuntamente a una organización dedicada al tráfico de grandes cantidades de hachís y marihuana. Según fuentes oficiales se han detenido ya a siete personas por este asunto aunque la operación continúa abierta y no se descartan nuevos arrestos.

Como se recordará en dicha operación donde tuvo lugar este peligroso tiroteo los agentes entraban aún de noche en una finca de la localidad sevillana de Lebrija para desmantelar este punto de almacenamiento de hachís y arrestar a sus responsables. Cuando, durante la intervención, se efectuaron «varios disparos debido a que los investigados intentaron proteger el alijo utilizando para ello armas largas de fuego». Los policías pudieron repelar la agresión efectuando varios tiros al aire y solicitaron apoyo a otras unidades.

Como también trascendió entonces, dicha actuación de Lebrija se estaba realizando en el marco de una investigación comandada por la Comisaría de Rota junto al GRECO de la Comisaría General de la Policía Judicial. Y, presumiblemente, se centra en un clan de Rota que ya ha tenido algún que otro encuentro con la Policía. Precisamente en esta misma zona se han desarrollado con anterioridad algunas intervenciones relacionadas con el menudeo de droga, el cultivo de marihuana, la tenencia de armas y las reyertas entre diferentes familias.

Los detenidos, a los que se acusa de tráfico de drogas (hachís y marihuana) y pertenencia a organización criminal permanecen custodiados en los calabozos de la Comisaría de Rota hasta la finalización de las diligencias policiales

La investigación y las actuaciones policiales están declaradas secretas y son coordinadas por el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Rota.

La violencia del narco y el uso de armas van de la mano. Y últimamente, si se tiene como prueba la cantidad de incautaciones de diferente tipo de armamento que se hacen y los episodios sobre tiroteos acontecidos, la señal de que esta virulencia no ha llegado a su fin es evidente. «Ahora tiene un arma cualquiera», afirma con cierta preocupación uno de los agentes que de manera habitual tiene que hacer frente a estos delincuentes.

Nueva prueba de ello ha sido precisamente la intervención que ha dado lugar a esta nueva operación desarrollada este martes en la Costa Noroeste gaditana. Un nuevo episodio violento que pudo costar la vida a uno o varios policías y que se están repitiendo con bastante asiduidad.

No hay que pasar por alto que en este enclave, en la comarca del Bajo Guadalquivir con Sanlúcar, se sitúa uno de los puntos negros de la ruta que manejan los narcos en la desembocadura del río, hacia donde se han extendido con una mayor actividad por la presión policial ejercida sobre el Estrecho.

Además, cerca del estuario suelen ubicarse fincas o naves donde se guardan los fardos que han alijado estas redes en zonas próximas a la espera de que sean transportadas ocultas hacia otros puntos. Y es entonces cuando, bien para que no las fuerzas policiales les incauten la droga o por miedo a que lo hagan otras bandas (robos conocido en el argot como ‘vuelcos’), estos traficantes y sus colaboradores se hacen con armas que no dudan en utilizar si lo ven necesario.