Provincia de Cádiz

Dos generaciones y los mismos problemas para independizarse en Cádiz

Susana y Laura viven aún en casa de sus padres y son solo el ejemplo de numerosos gaditanos que no pueden independizarse

Independizarse en Cádiz, Misión imposible

Susana (izq) y Laura (dcha), dos jóvenes gaditanas sin opciones de independizarse L.V

Jesús Mejías

Susana y Laura son el fiel reflejo de la pesadilla que viven muchísimos gaditanos a la hora de encontrar una vivienda y poder abandonar casa de sus padres.

En el caso de la primera de ellas, a sus 32 años vive en casa de sus padres, aunque hasta en cuatro ocasiones ha llegado a independizarse, llegándose a marchar en una ocasión a vivir a Australia.

«Siempre he ido viviendo el día a día, vivir con mis padres no es algo que me haya incomodado, ellos hacen su vida y yo tengo la mía«, afirma.

Señala que «ha habido etapas de mi vida en las que me he podido permitir un alquiler y me he ido, pero en otras circunstancias a nivel laboral en las que no podía y he tenido que volver», y reconoce que «a día de hoy para nuestra generación es complicado poder comprarse una cosa».

Cuenta la portuense que «de mi grupo de amigos, solo dos tienen una hipoteca, y los que se han marchado de casa de sus padres es porque se han ido con su pareja», relatando que «ninguno vivimos solo».

Su generación sufrió de lleno la crisis económica del año 2008, y cuando la situación en España empezaba a mejorar, el coronavirus lo frenaba todo. «Creo que hay que ver las cosas con perspectiva, si no me he podido ir a mi propia casa con 32 años, lo haré con 36 o cuando sea». «Viviendo en casa de mis padres he podido viajar por medio mundo, he podido irme a vivir a Australia pagándomelo todo, he estado en más de quince países europeos», se pregunta: «¿Al final qué es más importante, tener tu propia casa o todas experiencias vitales?».

Laura, a sus 23 años, esta puertorrealeña está preparándose unas oposiciones de administrativa del Estado. «Es la única solución en estos momentos para tener un trabajo estable y poder independizarme».

«Yo quiero estar tranquila el día de mañana, no estar en una situación de encontrarme con 45 años desempleada y sin poder pagar mi casa», apunta. «No quiero depender de nadie, quiero pagar yo mi casa, y ser funcionario me da esa calma».

Al igual que en el caso de Susana, en el grupo de amigos de Laura «nadie está independizado». «Somos todos de la misma edad, alguno está terminando la carrera... pero nadie tiene un trabajo estable que le permita hacerlo».

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