Narcotráfico

Los narcos resisten a la presión policial

El Plan Especial de Seguridad del Campo de Gibraltar cumple cuatro años con luces pero también sombras; el aumento de los medios es insuficiente

Imagen de una de las últimas operaciones de la Guardia Civil contra el narco en el Campo de Gibraltar. ABC

Soraya fernández

Algeciras

El narcotráfico genera mucho, mucho dinero para las organizaciones criminales dedicadas a esta actividad delictiva. Capos de la droga y la legión de personas a sus órdenes se están haciendo inmensamente ricos con este sucio negocio y no están dispuestos a renunciar a estas ingentes ganancias.

En el Campo de Gibraltar, por su proximidad con el continente africano, los contrabandistas de tabaco procedente de Gibraltar se dieron cuenta de que traer hachís desde el país vecino, a sólo unos kilómetros de distancia, les podía reportar muchos más beneficios. Ya tenían las embarcaciones, las que luego se denominaron narcolanchas. Y así comenzó una actividad que ha ido creciendo en la misma proporción que el dinero que se han embolsado.

Aunque los primeros narcotraficantes mostraban cierto respeto por la autoridad, quienes les sucedieron no han seguido la misma senda.

Los tentáculos del narcotráfico se expandieron vertiginosamente en una zona con una gran tasa de desempleo, baja formación y bolsas de marginalidad. Era el caldo de cultivo perfecto. Muchos adolescentes tenían en los capos de la droga a sus ídolos. En algunos institutos, incluso algunos alumnos respondían cuando les preguntaban qué querían ser de mayores, que pilotos de narcolanchas.

La actividad se desbocó. Desembarcos de hachís en playas repletas de bañistas a plena luz del día, embestidas a los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para evitar ser detenidos, persecuciones y tiroteos y ostentación de la riqueza eran parte del día a día en algunos rincones de esta comarca gaditana, que clamaba por más atención de las administraciones públicas para frenar a los narcos.

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado trataban de combatirlos pero con los medios de los que disponían la lucha era muy desigual. El principio de autoridad se había perdido y los narcos campaban a sus anchas con total impunidad. Se creían intocables.

La fuga de Samuel Crespo

En febrero de 2018, la fuga de Samuel Crespo, lugarteniente del todopoderoso clan de 'Los Castañitas', del hospital de La Línea a manos de unos encapuchados tras ser detenido disparó todas las alarmas. Aquello supuso un punto de inflexión en la lucha contra el narcotráfico.

Tras algunas visitas a la zona, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, decidió dar una vuelta de tuerca a la lucha que había iniciado su predecesor en el cargo, Juan Ignacio Zoido. Tras reuniones con alcaldes, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y el incansable movimiento antidroga de esta comarca, el Gobierno aprobó en julio de 2018 el Plan Especial de Seguridad del Campo de Gibraltar.

Este plan, que ha cosechado y sigue cosechando incuestionables éxitos, ha permitido aumentar los medios humanos y materiales, crear unidades especiales contra el narcotráfico y el blanqueo de capitales y trabajar de una manera coordinada contra estas organizaciones criminales.

En este tiempo no han cesado las macrooperaciones contra el narcotráfico. Ante tal presión policial en el Campo de Gibraltar, los narcos se reinventaron. Fueron adquiriendo más medios tecnológicos para eludir la acción policial e incluso crearon cooperativas. Ya se encargaban no sólo de traer la droga y desembarcarla sino de custodiarla hasta su posterior distribución. Su logística y capacidad de reinvención sorprendió a todos y se expandieron a otras provincias, estableciendo allí alianzas con otros narcos.

A otras provincias

En julio de 2020, este plan se extendió al resto de la provincia de Cádiz y a las de Málaga y Huelva, y en marzo de este mismo año se ha ampliado a Granada, Almería y Sevilla y se ha prorrogado hasta 2023 con un presupuesto de 35,2 millones de euros.

El balance del Plan Especial de Seguridad hecho público el pasado mes de marzo, cifraba en 60.573 los detenidos desde julio de 2020 gracias a 6.686 operaciones e investigaciones policiales y en 814 las toneladas de droga intervenidas, la mayoría hachís.

También han caído grandes capos de la droga y se les está dando donde más les duele, su dinero y patrimonio.

Pero en esta cruenta batalla se han perdido vidas de agentes de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y también de algunos narcos.

Además, el embudo judicial hace que hasta la fecha sólo haya comenzado un macrojuicio contra dos de los capos de la droga en el Campo de Gibraltar, los hermanos Tejón, alias «Los Castañitas». Son muchos más los procesos judiciales que restan por celebrase contra los narcotraficantes de esta comarca.

Mientras tanto, la escalada de violencia no cesa y pese a los esfuerzos realizados hasta ahora, el Plan Especial de Seguridad se revela insuficiente dados los sofisticados medios de estas organizaciones. Los sindicatos policiales y el movimiento antidroga siguen clamando por más medios humanos y materiales y por incentivar a los agentes. Consideran que el Plan Especial de Seguridad se ha quedado pequeño.

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