Cádiz

Este 12 de octubre Cádiz tiene mucho que celebrar

día de la hispanidad

La posibilidad de acoger el X Congreso de la Lengua Española y la resaca de la celebración del Bicentenario de la Constitución de 1812 han revitalizado los desatendidos vínculos entre Cádiz e Hispanoamérica en el siglo XXI

El día de la Hispanidad ha dejado de ser una fecha de celebración de nuestros lazos comunitarios para convertirse en una jornada polémica donde se enseñorea la hispanofobia de aquí y de allá

La estatua ecuestre de Simón Bolívar en la calle Duque de Nájera de Cádiz mls

Manuel López Sampalo

CÁDIZ

«Y mira tú que estando lejos lo cerquita que te siento», escribió Juan Carlos Aragón para la comparsa Araka la Kana, que representaba una murga uruguaya. Mucho antes el Pericón sentenció diciendo aquello de que desde Cádiz se llega antes a tomar café a La Habana que a Castilla. Y en 1984 Carlos Cano y Antonio Burgos compusieron ese himno de ida y vuelta en el que La Habana era Cádiz con más negritos y Cádiz, La Habana con más salero.

Y es que, prácticamente, desde el descubrimiento de América por Cristóbal Colón y su tripulación un 12 de octubre de 1492, Cádiz jugó un papel fundamental en las relaciones con la otra orilla. Con permiso de Sevilla, es posible afirmar que la ciudad gaditana ha sido el mascarón de proa del americanismo en España y en Europa.

Así lo atestiguan entre otros hitos el establecimiento de la Casa de Contratación, la exportación del dialecto y la arquitectura regional, y la posterior promulgación de la Constitución de 1812, que serviría de modelo para las propias cartas magnas de esas nuevas naciones que pasado el tiempo se independizarían.

La directora de la Real Academia Hispanoamericana, Felicidad Rodríguez, afirma que «Sin lugar a dudas la mejor época de Cádiz fue cuando miraba al mar y a América». Por su parte, Enrique García-Agulló, vicedirector de la misma, reconoce que «Cádiz jugó un papel capital en el ámbito iberoamericano» y que la ciudad «mantuvo una relación muy singular con estos países».

Del Bicentenario al Congreso de la Lengua

Es evidente que las relaciones de Cádiz, y de España en general, con el mundo hispanoamericano no pasan hoy día por su mejor momento y más que estrechas son anchas como el Océano que nos separa. Sólo la celebración hace una década de los fastos -valga la redundancia- del Bicentenario de la Constitución de 1812 y la candidatura de la ciudad a acoger el X Congreso Internacional de la Lengua Española en 2025 han revitalizado algo estos vínculos desatendidos.

Así, Felicidad Rodríguez incide en que «Se han aflojado las relaciones desde la europeización de nuestro país: para Europa, Hispanoamérica es una región periférica». García-Agulló, que coordinó la oficina municipal del Bicentenario, señala que «Con la celebración de 2012 Cádiz volvió a jugar un papel primordial en Iberoamérica, pero que esta buena relación acabó con el cambio de gobierno municipal».

«La pena del Bicentenario es que no quedaron muchas cosas tangibles en Cádiz; no creo que se aprovechara todo su potencial», confiesa la directora de la Academia Hispanoamericana. «A nivel académico y universitario -prosigue Felicidad- si quedan muchas relaciones con América: máxime ahora que hemos implementado los encuentros telemáticos, pero no han quedado unas líneas de trabajo mantenidas en el tiempo».

En relación a la futurible celebración del Congreso de la Lengua -«Estamos pegados por la saliva», escribió Octavio Paz-, el vicedirector académico se muestra «ilusionado con esta posibilidad» y recuerda que hay «muchos modismos americanos que son de nuestra forma de hablar».

La directora confía en que Cádiz sea la ciudad elegida: «Ojalá nos lo den, lo espero». En tal caso, ve conveniente que «no pase la celebración y luego no quede nada, sino que se creen unos ámbitos de reflexión común más allá de la lengua, en distintas materias, con la participación de las dos orillas».

«América nos necesita a nosotros, y nosotros necesitamos a América», remata Felicidad.

El 12-O: Del festejo de la Hispanidad a la polémica

De un tiempo a esta parte, el día 12 de octubre ha dejado de ser un día de celebración de los lazos del mundo hispánico a convertirse en una fecha polémica y divisoria tanto fuera como dentro de las fronteras de España. Movimientos populistas, nacionalistas e indigenistas han puesto en jaque el consenso sobre la oportunidad de conmemorar el día en que Colón puso un pie en el Nuevo Mundo.

Enrique García-Agulló opina que «El 12 de octubre es una fecha de encuentro entre dos sistemas, dos continentes y dos geografías», y además explica que «Nosotros no colonizamos América, trasladamos España allí, llevamos nuestras instituciones».

Para Felicidad Rodríguez el día de la Hispanidad «es una fecha más importante para el mundo que la llegada a La Luna». E invita a «un conocimiento más profundo, una visión más objetiva de la historia, con sus luces y sus sombras». Lamenta, además, «la obsesión con mirar el pasado con los ojos del siglo XXI».

Al hilo, en su premiado ensayo 'Fracasología', la filóloga malagueña Elvira Roca Barea analiza las causas de la transferencia de culpa de los WASP (White, Anglo-Saxon and Protestant) a nosotros:

«Cada 12-O, la comunidad católico-latina tiene algo que celebrar, pero la comunidad hispana es cada vez más numerosa [en EEUU]. Conviene que sus símbolos no tengan prestigio. Conviene que no tengan nada que celebrar e incluso se avergüencen de haberlo hecho».

Y abunda: «Han conseguido que se hable de la historia de España, pero no de la suya en relación a la desaparición de los indígenas. Es una estupenda maniobra de distracción. […] Además, esos viejos enemigos, debilitados por complejos de inferioridad moral, terminarán absorbiendo el mensaje de su culpabilidad y colaborando en limpiar la reputación del anglo que quedará inmaculada después de la operación».

De Simón Bolívar a Kichi

Recientemente tuvimos la última polémica cuando el Rey Felipe VI -Presidente de Honor de la Real Academia Hispanoamericana, con sede en la gaditana Casa de Iberoamérica- no se levantó al paso de la supuesta espada de Bolívar en la investidura de Gustavo Petro como presidente de Colombia.

Felicidad recuerda que en la ciudad tenemos una estatua de Bolívar -«Regalo del gobierno venezolano en los años 70», apunta Agulló- en Duque de Nájera: y que «Curiosamente de las tres estatuas gaditanas de los próceres de la independencia americana, solo la de Bolívar no lleva espada».

Salvando las distancias, el alcalde de la ciudad, Kichi, se pronunció el 12 de octubre de 2015 por Twitter de la siguiente manera: «Nunca descubrimos América, masacramos y sometimos un continente en nombre de Dios. Nada que celebrar».

A colación, García-Agulló rescata aquel principio comunista que dice que «Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad», para expresar que «La izquierda quiere reescribir la historia con otros renglones».

«Este tipo de mensaje no afecta a la gente que conoce la historia», opina la directora de la Academia, «pero a nivel general esto no ayuda al entendimiento ni al avance conjunto».

Cuenta la propia Felicidad al respecto una anécdota ilustrativa de hasta qué punto se ha llegado: «En el parque Golden Gate de San Francisco derribaron una estatua de Cervantes que precisamente la había financiado un antiguo académico nuestro. ¡De Cervantes, que era un esclavo!».

En definitiva, pese a los intentos de boicot, hoy, día 12 de octubre, Cádiz, España e Hispanoamérica tienen mucho que celebrar. Porque como dice Roca Barea: «España cambió el mundo entero, no hay que avergonzarse».

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