La última cena

La no venganza de Marta López (y Kiko Hernández)

Esta pareja de amigos fue la elegida para preparar «La última cena» de sus compañeros

Mediaset España

L. L. A.

«3, 2, 1... Arranca la preparación de 'La última cena' ». Con estas palabras de Carlota Corredera comenzó el cocinado de la cena que tienen que preparar Marta López y Kiko Hernandéz. Recordemos que los colaboradores de «Sálvame» se han liado la manta a la cabeza en forma de gorro de cocinero para hacer más amena la noche de los viernes de desescalada. Cada semana, dos colaboradores deben trabajar en equipo haciendo la compra, cocinando y ejerciendo como anfitriones, labores que son valoradas por los doce comensales a los que servirán, entre los que se encuentra el implacable jurado, compuesto por Sergi Arola y Begoña Rodrigo, además de la audiencia. Esta semana, los elegidos fueron Marta López y Kiko Hernández .

Su cena empezó como la del resto, a voces en el mercado . Y eso que su amistad es más que reconocida. «Pues si Kiko es el padrino de uno de mis hijos», ha repetido la colaboradora de «Sálvame» en más de una ocasión. La primera discusión llegó hablando del menú. «Es que no entiendo cómo has elegido un plató que no sabes cómo se hace», espetó Hernández, ataviado con todo tipo de protecciones: mascarilla, guantes, epi (equipo de protección individual) y, posteriormente, pantalla. «Pues he mirado el menú del cáterin y he cogido el que he visto mejor», respondió ella.

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La última cena

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Una vez en el mercado, Kiko continuó mostrando su sobreprotección. El colaborador de «Sálvame» se situaba a varios metros de los mostradores y prácticamente dejó que Marta hiciera todo el trabajo, hasta que llegó el momento de comprar la carne que él necesitaba. «La carne no la puedes comprar picada. La tienes que hacer tú », le advirtió su compañera. Accedió a comprar la pieza entera, pero intentó que el carnicero se la limpiara. «Nos han dicho que lo limpiáis vosotros», le respondió el dependiente. Aun así, continuó insistiendo hasta que lo hizo. Fue entonces cuando un miembro del equipo entró en acción. «Me están diciendo de dirección que cambien la pieza», y la cambiaron.

Una vez en plató, con los chefs presentes, intentó excusarse: «Era para que así pesase menos y costase menos dinero». Lo que no se imaginaba es que el programa ya había proyectado unas imágenes suyas intentando comprar carabineros de más para llevárselos a casa. Esta actitud, con un toque de chulería y soberbia, continuó durante todo el programa. «Es la pareja mas sobrada con diferencia. Incluso, han venido vestidos a juego. No han admitido ningún tipo de cambio ni consejo», apuntó Begoña Rodrigo. «Que soy sobrado, pues creo que sí, pero estoy a lo mío. Y sí he pedido ayuda, pero a Google», respondió Hernández, quien utilizó videotutoriales para preparar la cena.

Otro menú demasiado complicado

A priori, se podía decir que Kiko Hernández y Marta López habían caído en el mismo error que el resto de sus compañeros: plantear un menú demasiado complicado . Aunque ellos opinaban lo contrario. «Para lo que hemos comido estos días... Mejor vamos a comer», dijo López durante el preparado. Tan confiados estaban al inicio que Kiko confesó haber comprado cosas para preparar una ensalada, «por si sobra tiempo» .

El primer plato, cocinado por Marta López (colaboradora y dueña de un cáterin), fue un bisqué de carabinero con una nube de naranja. El segundo, de Kiko Hernández, un steak tartar con una coca de aceite. El postre -bueno, su receta- lo puso Sergi Arola: «Tendréis que hacer una tatín de manzana con crema de chantilly y vainilla». Esta vez no solo ellos tuvieron que preparar este último plato. Arola, junto al resto del programa, le dio la oportunidad a Belén Esteban de redimirse de sus últimos tropiezos en la cocina delante de las cámaras de «Sálvame». Eso y que así la princesa del pueblo podría terminar de cenar antes de la una de la mañana por primera vez.

Directo y más directo

«La última cena» está preparado para que el cocinado sea un desastre. «Hay muchos concursos de cocina, pero ninguno es en directo y ese va a ser un factor definitivo», auguró Arola antes del estreno. Los nervios han traicionado a todo el que ha pasado por estas cocinas los últimos viernes. Kiko Matamoros consiguió mantener la compostura, mientras que su compañera de cocinado, Lydia Lozano, rompía a llorar por la presión sufrida. Recordemos que la colaboradora también había estado sometida a demasiadas preguntas tras haberse «abierto» de nuevo el caso Ylenia. Pese a eso consiguieron sacar una cena aceptable.

Una semana después, durante la cena preparada por Mila Ximénez y Antonio Montero, las lágrimas de Lydia volvían a ser las protagonistas. Esa vez estaban provocadas por su compañera y anfitriona de la noche, quien llegó a asegurar que el llanto de la periodista estaba escaletado. El melodrama se llevó todo el protagonismo. La tercera cena no tuvo tanto componente dramático, pero sí que se pudo ver a Belén Esteban siendo Belén Esteban. Después de tener que huir al cuarto de baño a evacuar, el equipo de realización pilló a la princesa del pueblo haciendo una llamada a su pareja: « Tráeme, anda, un montadito de calamares porque hoy no ceno». Intentó disimular su desliz, pero eso no había manera de remediarlo.

El buen rollo que existe entre Kiko Hernández y Marta López y el que estos tienen a su vez con el resto de compañeros parecía augurar que la noche sería tranquila. Por eso, el equipo de «La última cena» dejó preparado un desencuentro para esta cena. «Vais a tener que elegir quien de los invitados se queda sin plato ni cubiertos. Alguien no va a comer hoy», les advirtieron. El elegido fue Antonio Montero . Su cena estuvo compuesta por un bocata de mortadela, un plátano y una botella de agua. Además, tuvo que vestirse y hacer las labores de doncella. Sí, vestido incluido. «Como esto como lo vea HBO, me cancelan el programa por clasista», apuntó Jorge Javier Vázquez a cámara.

Llegó el momento de servir el primer plato: bisqué a tomar por culo 18 años de amistad. Marta, que aseguró no ser muy cocinitas pese a ser dueña de un cáterin, puso todo su corazón en el preparado. «Es la primera vez que lo hago. Si no esta también hecho, me das un cero y lo acepto», dijo la anfitriona de «La última cena» a los jueces. «El problema es que lleva una hora y doce minutos emplatado. Te ha podido que este bonito a que esté bueno», respondió Begoña Rodrigo. Puede que sus invitados no opinaran lo mismo.

Gran parte de sus compañeros aseguraron que el plato estaba bien, aunque Anabel apuntó que el carabinero estaba crudo. Al menos ella pudo probarlo. A Belén Esteban no le llegó ni uno a casa. Chelo tuvo que lamerlo de la calva de Kiko Matamoros , quien metió la cabeza en su plato tras un cruce de insultos y malentenidos.

El plato de Kiko, steak tartar al Merlos de cuerno quemado , tuvo menos éxito entre el jurado y sus compañeros. «Ha sido culpa mía. Le he dicho que estaba bien al principio y se ha venido arriba», confesó Arola. Los trozos de carne eran demasiado grandes y, según la sobrina de la Pantoja, tenía demasiado picante, aunque Jorge Javier dijo que el plato estaba insípido. ¿Quién llevaría realmente razón?

El plato fue un desastre, pero tuvo una distracción. Del moco de Antonio Montero pasaron al pezón de Anabel Pantoja. «Entiendo que en Twitter hablen de esto, pero no sé por qué ponemos esto aquí», apuntó la colaboradora, que se vengó de sus compañeros con una sesión de cardio después del postre, el plato más polémico de la noche.

El postre elaborado por Marta López y Kiko Hernández no estuvo bien elaborado. El de Belén Esteban tuvo mucho más éxito. Este plato fue polémico, pero para Kiko había una porción especial guardada. En pantalla se pudo ver un video que recorría las idas y venidas de esta pareja de amigos, la compuesta por él y Marta López. «Hemos resistido contra viento y marea en un mundo que es muy difícil encontrar un amigo de verdad. (...) Si algo tengo claro es que quiero pasar el resto de mi vida cerca de ti», se escuchó decir a Marta.

Kiko guardó silencio, pero sus ojos lo decían todo. «Mira que odio esto, pero gracias, Marta, por tantos años de amistad», respondió. «Siento mucho que el segundo plato no estuviera a la altura, me he agobiado un poco, pero con este video me ha merecido la pena venir a pasar una noche con vosotros», añadió.

Las votaciones

La audiencia de «La última cena» no es una mera espectadora. Los televidentes votan al igual que el resto de los comensales, otorgando una puntuación del 1 al 10 la actuación de la pareja de chefs, valoraciones que se suman a las de los jueces. Eso sí, la valoración de Sergi Arola y la de Begoña Rodrigo vale más que las del resto, un 25% cada uno.

Belén Esteban inauguró la votación con un suspenso, un 4. Siguió Lydia Lozano con un 5. Chelo García-Cortés aseguró no estar de acuerdo, subió hasta el 7. Anabel se quedó en el 5. Caparrós aumentó hasta el 6; Kiko Matamoros hasta el 8. María Patiño se quedó en medio, con un 7. La media quedaba así en un 6, la más baja de «La última cena» hasta ahora.

Llegó el turno de los chefs, los de verdad. «Me esperaba más equipo. Me habéis decepcionado. Os pongo un 5», apuntó Sergi Arola. «Cuando habéis empezado con el cocinado, pensaba que íbamos a ver la cena del programa, pero no. Habéis creado unas expectativas muy altas», dijo Begoña Rodrigo. Les puntuó con 6. «Sé que habéis hecho cosas bien, pero me he quedado chafada», añadió.

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