El turco: Can Yaman hizo las delicias

El joven actor de «Dolunay» y «Erkenci Kus» enloqueció a las fans en su visita a España

Can Yaman Ernesto Aguido
Hughes .

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Nos visitó Can Yaman , el galán turco de los culebrones, y fue como si llegara una Copa de Europa. Miles de personas le esperaban en el aeropuerto , y muchas más le hubieran celebrado en La Cibeles de haberlo llevado allí. Fueron prudentes. Cien mil mujeres armadas con su satisfyer podrían haber proclamado la República Femenina Española alrededor de Yaman, y algún león de la diosa podría haber dicho miau.

Hace meses encontré a mi madre siguiendo atentamente algo en su tablet. ¿Qué ves, madre? Y ella, que ni ante Paul Newman se permitió jamás un comentario apreciativo , me mostró la pantalla en silencio y añadió reverencial: «El turco». ¡También ella! ¡Incluso ella!

Can «the man» Yaman es como un Feliciano López adosado a un Khal Drogo. Es elemental, pero misterioso; parece un troglodita, pero lleva pirri; su pelo es muy negro, pero le hace unos reflejos desconcertantes, como si sol y luna se pelearan por el Bósforo. Ellas lo admiran entero, ellos concretan en su folículo. Es lo que se sueña camino de Estambul y no el indigno tapete.

Alguien en «Sálvam»e dijo el otro día «yo soy bisisuá». ¡Que se lo lleven o no respondemos! Solo hubo una persona que se resistiera a Yaman y fue la misma que sucumbió a Amador Mohedano, Rosa Benito. « Yo prefiero el producto nacional ». Pero ella es especial. Hace poco confesó que lo primero en que se fija cuando conoce a alguien es en el dobladillo. No lo debe de tener bonito.

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