La casa fuerte
Sonsoles Ónega debuta en «La casa fuerte»: «Los concursantes son más sinceros que los políticos»
La presentadora ha pasado, en apenas dos años, de la información al puro entretenimiento
En apenas dos años, la periodista Sonsoles Ónega (Madrid, 1977) ha pasado de entrevistar a políticos « a pie de los leones» para los informativos de Telecinco a tener su propio matinal, «Ya es mediodía», y conducir, junto con Jorge Javier Vázquez, el reality veraniego «La casa fuerte», que emite esta noche (22.00) su segunda gala, la primera de Ónega: «Es una oportunidad para hacer algo distinto y seguir aprendiendo».
—Le tomo prestada la frase a Carlos Herrera: el elogio debilita y la crítica robustece. Estoy muy agradecida, como es lógico, pero aquí es todo nuevo, hasta el reality. La toma de contacto real será hoy.
—Estoy estudiando las biografías de los concursantes. A algunos ya los conocía del universo Mediaset, Iván González incluso ha sido colaborador de «Ya es mediodía».
—Son más sinceros los concursantes, mucho más naturales. Además, como «La casa fuerte» es un formato nuevo, no conocen la dinámica. En cambio, los políticos llevan un argumentario aprendido. Aquí no sabes por dónde van a salir, pero esa es la grandeza del formato, sus reacciones en directo, la convivencia... Toda una experiencia humana.
—La evolución es indudable y en muy poco tiempo. Me lo tomo como un paso más en mi carrera, aunque sigo siendo la misma jornalera de la televisión. Tanto la información pura como el entretenimiento han hecho de mí lo que soy ahora. Al final, consiste en hablar con personajes a los que hay que respetar, sean los que sean, sin tomar partido ni expresar preferencias. Se parece mucho a lo que he estado haciendo en los últimos años.
—Cuando empecé en «Ya es mediodía» me decían: «¡Anda, si sonríes!». Una crónica no permite tanta expresión como un magacín, donde incluso puedes aportar opiniones. Las posibilidades son más amplias, distintas. He hecho mi trabajo asesorada por quienes me decían que tenía que olvidarme del corsé de la escaleta y ser más yo.
—Llevo una vida tan normal que apenas lo noto. Además, si me quito el flequillo no me conoce nadie. Es cierto que ahora me paran más, pero siempre desde el cariño. En la calle no existen las dos Españas de las redes sociales.
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