Alberto Chicote recibe un toque en plena grabación, él se niega a irse y acaba en un llanto desconsolado

Ó.R.

02/12/2022
Actualizado a las 11:57h.

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Máxima tensión la vivida anoche en el último programa de 'Pesadilla en la cocina' ( La Sexta ). Y todo por unas «papas», o sea, unas patatas alioli. «Muy duras», reconoció una de las trabajadoras del restaurante, El Palomo, al que acudió Alberto Chicote para hacer reflotar al negocio. El presentador del espacio de cocina preguntó quién había hecho aquel plato.

«Es posible que se haya quedado dura alguna papa cocida y se ha cogido hoy, ¿no?», explicó su cocinero, Jesús . «Si de dos que prueban, las dos están duras, ¿han cogido las dos que justo estaban duras o es que todas están duras?», le apretó Alberto Chicote . Al cocinero se le desencajó el rostro. En el 'confesionario', Jesús reconoció que era imposible llevarse bien con Chicote .

Fue después cuando el cocinero de El Palomo explotó y mandó callar, a gritos y de muy malas maneras, al presentador de ' Pesadilla en la cocina' . «¡Que te vayas a chuparla por ahí, hombre!», gritó. «¡Que no quiero hablar contigo! ¿Vale?», continuó. «¿A chuparla? ¿Esa es una manera de tratarme?», respondió el chef. Jesús criticó a Chicote no tener ningún tipo de educación tras explicarle qué podría haber sucedido con las 'papas'.

Antonio, el hermano del dueño del negocio (Lorenzo), intentó calmar las aguas, pero el cocinero Jesús volvió a la carga y llamó 'tonto' a Chicote , al que señaló con el dedo: «¡No me vaciles! ¡No me vaciles! ¡Vete fuera de la cocina, que estoy trabajando!». Chicote se negó a abandonar la cocina, pues el único que podía expulsarle era el dueño del restaurante. El cocinero Jesús se quejaba de que Chicote le estuviera dejando como 'tonto'.

«Discusiones ayer, discusiones hoy... Voces... Ha llegado un momento en el que me pregunto por qué me pasa esto a mí y me he roto», reaccionó Antonio, el hermano de Lorenzo, dueño de El Palomo. Las cámaras de 'Pesadilla en la cocina' le pillaron llorando en uno de los almacenes. Fue entonces cuando Lorenzo, el dueño, se puso a llorar detrás de la barra. Chicote intentó consolar a Antonio, que lloraba desconsoladamente: «¡No me lo merezco! ¡Llevo toda la vida luchando para nada!». Chicote le dio entonces un abrazo a Antonio, al que también consoló su hija, ayudante de cocina de El Palomo.

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