Alberto Chicote: «Rendirme no va conmigo»

El chef regresa a la televisión con la octava temporada de ‘Pesadilla en la cocina’, a partir de mañana en La Sexta

Alberto Chicote, presentador de 'Pesadilla en la cocina' La Sexta

Carmen Aniorte

Alberto Chicote está de vuelta. Convertido en un referente del entretenimiento, el mediático chef estrena mañana la octava temporada de ‘Pesadilla en la cocina’ (La Sexta, 22.30 horas), un programa con el que ha logrado una media del 10,9% de cuota de pantalla y dos millones de espectadores, líder absoluto en todas sus ediciones. Adaptación española del espacio homónimo con el británico Gordon Ramsay, esta nueva entrega empieza en la localidad catalana de Viladecans con ‘Il fogón della Toscana’ , un restaurante de cocina italiana regentado por una familia gitana con buena comida pero mala organización y pésimo servicio... Alberto Chicote saldrá al rescate.

—¿Cómo afronta esta nueva temporada?

—Con la misma ilusión que si fuera el programa de estreno. Cada etapa y cada programa es diferente y hay que tomarlo como nuevo. Hay un poco de todo. Es una temporada divertida y al mismo tiempo diferente; la más diversa y emotiva. Se van a vivir situaciones de tensión extrema y la lucha por el mando será el mayor desafío. No faltarán personalidades irascibles, dueños que pierden los papeles, cocineros que abandonan los platos entre gritos y camareros que sienten pavor ante la idea de hablar con sus jefes.

—Tras el parón por la pandemia, ¿ha mejorado la salubridad de los restaurantes?

—Todo sigue bien y en correcto orden. Todos han cumplido con las medidas sanitarias. Lo único es que cuando volvimos a las grabaciones, algunos de los restaurantes seleccionados habían cerrado.

—Diez años y siete temporadas (ocho con la que se estrena). ¿Hay algo que le sigue sorprendiendo?

—Cada programa es nuevo y diferente a los anteriores. Sigo sorprendiéndome como la primera vez. Esa frescura ante lo que me encuentro es la salsa de cada entrega.

—¿Y qué le saca de quicio?

—Siempre hay distintos motivos que me enfadan, como el desánimo, la falta de interés, el desorden, la mala relación entre el personal...

—¿Se ha enfrentado a algún caso perdido?

—El rendirme no va conmigo.

—¿Cuando llega a un restaurante en qué es lo primero que se fija?

—Hablar con los que me van a atender. Se puede dar una imagen, pero cuando conoces a alguien de verdad es cuando hablas con ellos. Esa es mi norma.

—¿Qué tiene que decir a aquellos que después de diez años aseguran que todo está guionizado?

—Pues que están equivocados. Yo estoy durante la grabación y no tengo ni idea de lo que hablan... todo lo que aparece es tal y como lo contamos. Aquí no hay guión, pero es evidente que como en toda producción hay un proceso de edición.

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