Sergio G. Sánchez: «Me da mucho miedo irme antes de tiempo y dejarme cosas por hacer»

Netflix estrena 'Alma', la primera serie creada por el guionista de 'El orfanato' y 'Lo imposible'

Sergio G. Sánchez junto a Mireia Oriol, protagonista de 'Alma'

Javier Navío

El 3 de febrero de 2008, Sergio G. Sánchez (Oviedo, 1973) subió al escenario de los Goya para recoger su premio al mejor guion original por 'El orfanato' . Las primeras palabras que pronunció en su discurso fueron: «Estaba tan convencido de que no me lo iban a dar que no tengo nada preparado porque no sé si os habéis enterado de que 'El orfanato' es una mala copia de 'Los otros' ». Ese momento, que ahora califica de «desafortunado», fue su puesta de largo en la industria del cine español. Tras aquello llegarían los guiones de 'Lo imposible' (su reencuentro con J. A. Bayona ), 'Fin' , 'Purgatorio' y 'Palmeras en la nieve' y, finalmente, su debut como director: 'El secreto de Marrowbone' (2017). Cinco años más tarde, Sánchez vuelve a ponerse tras las cámaras en 'Alma' , su primera serie como creador.

Sergio G. Sánchez coescribe (junto a Teresa de Rosendo y Pol Pen ) y codirige (junto a Kike Maíllo ) este thriller sobrenatural protagonizado por un grupo de adolescentes que comienza a experimentar sucesos paranormales tras sufrir un grave accidente de tráfico. ABC charló con el cineasta asturiano sobre los secretos que hay detrás de esta serie de nueve episodios que llega a Netflix el viernes 19 de agosto.

- 'Alma' es un proyecto viene de lejos. Ha acabado siendo una serie pero empezó siendo un cortometraje…

- Así es. Hubo un momento en el que era un corto, luego fue una película y después continuó creciendo hasta ser una serie. Todo nace de una experiencia personal. En las vísperas de las Navidades de 2005 tuve un accidente de tráfico. Había hielo en la carretera, me resbaló el coche y me caí por un puente a la vía del tren. El proceso de recuperación fue muy largo y muy complicado, y de ahí empezaron a salir las primera ideas que había en el corto. Más tarde, lo hice crecer a una historia que se centraba exclusivamente en Alma y Deva. Luego, cuando Netflix aterrizó en España, me llamaron para ver si tenía alguna historia que quisiera hacer con ellos. Les presenté cuatro proyectos, entre ellos este, y les gustó mucho la idea para ampliarla y hacer una serie.

- La muerte es un tema que siempre está muy presente en tus proyectos. ¿Dirías que aquel accidente que sufriste en 2005 ha marcado ya no solo tu vida sino también tu carrera?

- Es curioso porque cuando tuve ese accidente ya estaba escrito 'El orfanato'. Salí del hospital en abril y comenzamos a rodar la película en mayo. Siempre me ha interesado mucho ese mundo fronterizo: el límite entre la infancia y la adolescencia, entre la adolescencia y la madurez, entre la vida y la muerte… Esas zonas grises donde no estás en ningún sitio claro. Es curioso como algunas veces, de una manera intuitiva, se desarrollan intereses por cosas que luego te va a tocar vivir. Pienso que todos tenemos una serie de obsesiones y miedos y que tu recorrido vital y tus vivencias te dan las herramientas para poder explorarlos con una óptica nueva. Quizás ese accidente y todo lo que viví después tenga que ver con lo que ha salido en la serie.

- Y, en tu caso, ¿qué es lo que te da más miedo?

- Creo que, claramente, me da mucho miedo irme antes de tiempo y dejarme cosas por hacer. Eso está presente, de alguna forma, en todas las cosas que he escrito y dirigido. Quizás eso también está relacionado con el accidente, porque es una cosa que pensé mucho durante aquellos meses de hospital.

- Esta no es una serie sencilla a nivel narrativo. ¿Te pidieron desde Netflix que la simplificaras de alguna manera?

- No. De hecho, el guion de largometraje que existía era mucho más sencillo que la serie y enriquecerlo fue una petición de Netflix. Lo que pasa es que no sé si estaban preparados para lo que les iba a volcar... (Ríe) Nunca ha habido ningún tipo de ánimo de simplificar pero lo que sí vigilaron mucho es la claridad y el ritmo, tanto durante la fase de guion como en la de montaje. Eso es algo que he agradecido mucho porque yo tengo una tendencia, si me dejan, a dilatar los tiempos y a 'abarrocarlo' todo. Esas conversaciones me ayudaron mucho. Se puede conservar tu universo pero haciendo las cosas más limpias y sencillas. Cuando hicimos el pase con los actores, el comentario generalizado era: «se entiende muy bien» como algo sorprendente, porque me dijeron que los guiones los habían tenido que leer varias veces para comprenderlos.

- Con el auge de las plataformas se ha puesto muy de moda hacer maratones de series. ¿Tuviste eso en cuenta a la hora de desarrollar la serie?

- Escribir para una serie requiere de otro tipo de mecanismos pero que, por otro lado, son muy comunes en el cine y consisten básicamente en ir soltando ganchos todo el rato. Especialmente, al final de cada capítulo tienes que intentar dejarlo en un punto donde el espectador quiera saber más para que vaya al siguiente. No necesariamente para que se haga un maratón pero sí para que se quede con la curiosidad sobre lo que va a venir después. De hecho, a mí me llama mucho la atención que haya tantísima gente que consuma la serie en el primer fin de semana de un tirón. Cuando algo me gusta, me gusta disfrutarlo más tiempo pero, si alguien la quiere ver así, me parece maravilloso.

- ¿Y cómo llevas el hecho de que haya gente que vaya a ver la serie en su móvil?

- Lo llevas regular. (Ríe) Porque sí que hemos intentado cuidar al máximo los aspectos visuales de la serie. No hemos hecho una rebaja con respecto al cine. La hemos cuidado mucho para que luzca en pantalla y, de hecho, el sonido está hecho en Atmos. Vimos los tres últimos episodios en un cine y me sorprendió lo bien que se aguantaba. Así que yo recomendaría intentar verla en las mejores condiciones posibles pero, bueno, si ya estás habituado a ver las cosas en el teléfono… A mí me estallaría la cabeza, sería incapaz.

- La serie está plagada de efectos visuales. ¿Cuál fue el aspecto más complicado durante la postproducción?

- Si te digo la verdad, no fue especialmente complicado. Hay un reto especial que es el capítulo siete. Todo ese mundo que explora Alma en ese episodio era muy complejo porque era casi enteramente digital. Pero nunca chocamos con nada que no supiéramos cómo hacer porque toda la parte de efectos especiales estaba en manos de dos empresas muy buenas que lo solucionaron todo. El reto más importante para mí fue darle unidad a todo en el montaje.

- Como en tus otros trabajos, la música aquí juega un papel fundamental...

- No sabría decirte qué viene antes en mi caso, si el amor por la música o por el cine. Son dos cosas que yo siempre he asociado la una a la otra. En mi casa, mis padres no querían tener un reproductor de vídeo doméstico. Así que, cuando yo veía una película, la única manera que tenía de volver a verla era consiguiendo su banda sonora. Escuchando los discos de 'E.T. El extraterrestre' , 'La guerra de las galaxias' y todas esas películas con música de John Williams volvía a ver la película dentro de mi cabeza.

- En este caso vuelves a colaborar con Fernando Velázquez. ¿Encontraste alguna diferencia en su forma de trabajo respecto a cuando hace cine?

- Por suerte, no. Además, era una cosa que me daba muchísimo miedo. Para mí la música es un elemento narrativo más en la historia pero quizás ahora mismo la tendencia es que no se note y que no haya una melodía reconocible. Cuando planteo un trabajo con Fernando, siempre le hablo en términos narrativos. Le dije cuáles eran los temas de la serie: el duelo, la superación, el miedo... En base a eso, él fue haciendo y después decidimos dónde va cada música y por qué. Tenía mucho miedo de que no le diera tiempo a hacer un 'score' como los que hace para las películas pero la verdad es que ha hecho un trabajo descomunal. Ha escrito seis horas de música para la serie y toda fue hecha ex-profeso para cada escena. Ha sido una gozada trabajar con él.

- Esta no es la primera vez que llevas un rodaje a tu tierra. ¿Qué aportan los paisajes asturianos a 'Alma'?

- Creo que hay algo en el paisaje asturiano que remite inmediatamente a sensaciones que están en el inconsciente colectivo de lo que es el mundo de los cuentos de hadas. Todos esos bosques, montañas y cuevas tienen algo, entre comillas, mágico que hacen que todo lo que pase en la serie se sienta más real en ese universo. Por otro lado, como soy de allí, sé que hay muchísimos paisajes que no he visto nunca. Igual que intento buscar actores que no sean reconocibles, también me gusta mostrar paisajes donde no se ha rodado nunca antes. Esto dificultó muchísimo la producción porque, en las 16 semanas que estuvimos en Asturias, tuvimos 30 localizaciones. Fue complicado pero creo que esto le aporta una riqueza especial a la serie.

- Cuando ganaste el Goya por 'El orfanato', en tu discurso te acordaste de los que la habían comparado con 'Los otros'. ¿Con qué película o serie no te gustaría que comparasen 'Alma'?

- Oh, Dios mío. Aquel momento… (Ríe) Me da igual ya, que comparen con lo que quieran. Aquel fue un momento muy desafortunado pero es que realmente estaba convencido de que no me lo iban a dar. Siendo honesto, cuando dedicas tanto tiempo y pones tanto de tu vida en un proyecto, hace mucho daño que te hagan una comparativa que es injusta porque el guion de 'El orfanato' llevaba 10 años de productora en productora. En aquel momento fue una cosa que me hizo mella y por eso dije la estupidez que dije. Ahora he aprendido a no preocuparme nada por las comparaciones.

- Siempre te has movido dentro del drama. ¿Para cuándo una comedia?

- No creas, es lo que quiero hacer. De hecho, en esos proyectos que propuse a Netflix había comedia. Acabó saliendo este quizás porque tenía más que ver con las cosas que había hecho antes pero lo que más me apetece ahora mismo es hacer una comedia. Creo que lo siguiente podría ir por ahí.

- En el caso de que hubiera una segunda temporada de 'Alma', ¿ya tienes algo en mente?

- Está todo pensado. Creo que la serie sí que tiene un cierre del arco principal de Alma pero luego hay otras puertas que se quedan abiertas para continuar o no. Será el público el que decida. Si les gusta, habrá más y, si no, pues habrá otras cosas. A lo mejor, una comedia.

'Alma' llega a Netflix el 19 de agosto.

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