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'The Boys' salva los muebles otra vez con el final de la tercera temporada
Prime Video estrena el octavo y último episodio el viernes 8 de julio
'The Boys': a la tercera no va la vencida, ni se dan por vencidos
No sale Elton John en el octavo y último episodio de la tercera temporada de 'The Boys' (Prime Video), pero sí suena una canción suya, 'Goodbye Yellow Brick Road', cuya letra puede resumir el destino de una de sus protagonistas, Reina Maeve (Dominique McElligott), el mejor personaje peor aprovechado de la adaptación televisiva del cómic. Al menos, el final de la tercera temporada sí hace justicia a esta superheroína bisexual, remedo de la Mujer Maravilla, con la que ningún guionista, dentro y fuera de la serie, ha sabido qué hacer. ¡Hasta tiene una noche de 'amor' con Carnicero (Karl Urban)! Maeve, desde la segunda temporada , fue más secundaria que protagonista y si sale en la cuarta ya confirmada por Amazon , probablemente sea un cameo. Que la dejen vivir.
Y a estas alturas, tras 24 episodios, no sorprende ni siquiera la elección musical. Billetes hay. En otra escena del final, disponible en Prime Video desde el viernes 8, la todavía muda Kimiko (Karen Fukuhara) se pone a escuchar 'Maniac' de Michael Sembello –el himno de 'Flashdance'– para matar a diestro y siniestro en la sede de Vought International, el conglomerado que tiene en nómina a estos superhéroes. Si Reina Maeve, una vez se vengue de Patriota (Antony Starr), quiere colgar los hábitos; Kimiko, aunque se resiste, acaba aceptando su violenta naturaleza.
Porque la tercera temporada de 'The Boys' ha hecho a casi todos sus personajes, con excepción del villano Patriota, debatirse entre el bien y el mal (emplear el mismo arma de tu enemigo para acabar con él), entre quiénes son y quiénes quieren ser. Hasta Ashley (Colby Minifie), quien mueve los hilos de los superhéroes, empieza a resquebrajarse y se está quedando calva del estrés. Y casi todos ellos también buscan venganza. Mother Milk (Laz Alonso), por ejemplo, quiere desagraviar la muerte de su familia a manos de Soldier Boy (Jensen Ackles), incorporación estrella de esta tercera temporada, pero a la vez quiere mostrar ejemplaridad ante su hija y no dejarse llevar por la ira. Mother Milk, junto a Luz Estelar, es definitivamente el personaje con mejor fondo.
Además de las 'vendettas', 'The Boys' ha insistido, incluso con innecesarios 'flashbacks', en los problemas paternofiliales de sus personajes, ya sean humanos o superhéroes. A Carnicero le persigue todavía el fantasma de su padre alcohólico y maltratador y el suicidio de su hermano pequeño, pero aún así repite el mismo comportamiento destructivo consigo mismo (tras chutarse una y otra vez el suero que da superpoderes temporales) y contra los demás, especialmente el pipiolo Hughie (Jack Quaid), que intenta emularle.
El mismo conflicto ha vivido Patriota, que empieza la tercera temporada privado de ver a su hijo con superpoderes (custodiado por la CIA tras haber matado accidentalmente a su madre) y termina descubriendo que su padre biológico es Soldier Boy, un vínculo que no existe en el cómic. En estos ocho nuevos capítulos, tanto un bando –el de los humanos– como otro –el de los superhéroes– han puesto en duda a sus líderes, Carnicero y Patriota, y sus malas formas; las mismas de Soldier Boy, cuya desaparición en los años ochenta fue organizada por Vought International y secundada por sus propios compañeros, incluso Black Noir, hartos de sus agresiones.
A la tercera temporada de 'The Boys' , aunque irregular, le ha beneficiado el plan de Soldier Boy, ayudado por Carnicero y Hughie, de encontrar y matar a sus sus excompañeros (la traición es otro 'leitmotiv' de la ficción), entre los que está su examante, Condesa carmesí, parodia de Bruja Escarlata a la que ha interpretado Laurie Holden. Así, los últimos capítulos han tenido mayor empaque, solucionando uno de los males de la serie: la dispersión episódica.
Los guionistas han seguido parodiando la cultura popular (desde el anuncio de Pepsi con Kendall Jenner hasta el vídeo de los famosos cantando 'Imagine' durante el confinamiento) e introduciendo hechos reales, mucho más serios, como el Black Lives Matter , o sea, la brutalidad policial y el racismo en Estados Unidos, y la desacreditación a los medios de comunicación por parte de algunos sectores, incluso políticos. Patriota se tiene bien aprendida la lección –las noticias falsas–, aunque él mismo utiliza la televisión para mentir e incendiar a su legión de fanáticos. Patriota, en esta tercera temporada, ha sido más Trump que nunca.
El octavo y último episodio es más emotivo de lo que acostumbra la serie, se deleita en los combates cuerpo a cuerpo (el mal de las películas de superhéroes por abusar de estas escenas de acción) y se despide con una escena terrorífica y prometedora protagonizada por Patriota, cuya actitud antisistema es aprobada por una parte de la población (otra se manifiesta contra él tras ser denunciado en redes sociales por Luz Estelar, la verdadera heroína del espectáculo), y su hijo. ¿Y si Superman fuera malo? Esa es la pregunta que podría responder la cuarta temporada de ' The Boys' .
Este desenlace, aunque bueno, es un parche a errores que la serie sigue cometiendo tras 24 episodios. Es habitual que en una ficción coral, cuanto más pasa el tiempo, los personajes se desperdiguen (A Train es ahora un aliado afroamericano y Profundo tiene un romance extramatrimonial con un pulpo), pero la pérdida de protagonismo de algunos es abrupta. Es lo que ocurre, por ejemplo, con la congresista con superpoderes; y aún así, los guionistas le reservan uno de los 'cliffhangers' finales. Pero el mayor pecado de 'The Boys' es que todavía se cree más transgresora de lo que realmente es con una anticipada orgía de superhéroes que quedó en anécdota.
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