Crítica de 'Thor: Love and Thunder': Por la gracia del dios del trueno
Entretenida, espectacular y divertida, con un argumento que se enreda entre galaxias, inframundos, multiversos y ambiciones insólitas, y que presenta una aventura muy fácil de seguir si uno no pretende sabérsela al dedillo
'Thor: Love and Thunder': Los superhéroes también aman
A quienes no les interese especialmente el Universo Marvel , esté en la fase que esté, les puede sorprender mucho esta película por su enorme sentido del humor, por su lado emocional y romántico y, especialmente, por ese otro relato que convive en su interior con lo fantástico y que está lleno de carne mortal y mirada seria, profunda, a la enfermedad, al sacrificio y al sentimiento de pertenencia.
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Sin entrar en la letra pequeña de esta película, dirigida por Taika Waititi (que ya hizo la anterior, ‘Thor: Ragnarok’ ), todo lo superficial es lo suficientemente bueno, movido y espectacular para que cualquiera se divierta mucho; aunque se echa en falta a Loki y Tom Hiddleston , el resto de los personajes habituales y sus intérpretes están muy entonados, Chris Hemsworth exprime sus enormes cualidades para la comedia (sus otras cualidades no necesita exprimirlas, pues las tiene bien envasadas) y demuestra lo complicado que sería encontrarle un sustituto, y Natalie Portman, como siempre magnífica, fantástica, en su papel de Jane Foster (no Jane Fonda ni Jodie Foster, buen chiste del interior de la película).
Ficha completa
Thor: Love and Thunder
No hay alabanzas suficientes para describir momentos como el de Russell Crowe en el amanerado personaje de Zeus, o Matt Damon en la burlesca escena de un Loki de pacotilla, o ese otro realmente divertido de la despedida de Hemsworth y Chris Pratt y sus Guardianes de las Galaxias. En cuanto a Christian Bale , el villano Gorr, con la misión de matar a los dioses, como Nietzsche, ya tiene demostrado que le pueden poner cualquier traje y cualquier tara que, por extremados que sean, él lo asume con seriedad y eficacia, y aquí da miedo, pena y asquito.
Entretenida, espectacular y divertida, con un argumento que, como es natural en este género, se enreda entre galaxias, inframundos, multiversos y ambiciones insólitas, y que presenta una aventura muy fácil de seguir si uno no pretende sabérsela al dedillo; mucho más nutritivo que la aventura de ‘fuera’, la marveliana, es la aventura interior, ese ‘clic’ que hace la película para introducir en lo fantástico una carga humana y sentimental, y poner en paralelo, o en modo metáfora, el martillo mágico de Thor, las potencias femeninas, la obligada variedad de opciones sexuales, la lucha contra el mal y la lucha contra el cáncer.