El equipo de 'CODA', ganadora del Oscar a la mejor película Reuters 7 Vídeo: 'Coda' triunfa en unos Óscar llenos de sorpresas inesperadas - ATLAS
Lucía M. Cabanelas

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Los Oscar hacen aguas. En audiencias, en ritmo, en gracia. Ni las estrellas brillan en su gran gala, o lo hacen por los motivos equivocados . La renovación de los académicos, más internacionales, jóvenes, diversos, pretendía reanimar unos premios que cada vez son menos influyentes en una industria que sufre las acometidas de las plataformas. Pero, en su intento de salvar lo que parecía la crónica de un desastre anunciado, la Academia de Hollywood no solo no cambió sino que miró se conformó y dio el triunfo a la opción más plácida y menos arriesgada.

Solo así se explica que una película como 'CODA', bien intencionada, simpática pero lejos de la calidad de las otras nominadas, haya superado a rivales de la talla de ‘West Side Story’, ‘Drive my car’, ‘Licorice Pizza’ o ‘Belfast’ . Y sobre todo de ‘El poder del perro’, valiente y moderna, con una mirada femenina y renovadora a un género, el wéstern, históricamente masculino.

Los Oscar repitieron la jugada de 2018, cuando ‘Green Book' se impuso a ‘Roma’ en la categoría reina, solo que en esta ocasión, por castigar a Netflix, por resistirse a darle el Oscar a mejor película que todavía le falta, premiaron a otra plataforma (Apple TV+) y perdieron la oportunidad de volver a ser lo que un día fueron. Como moraleja inevitable, al final ganó el ‘streaming’, paso lógico en un año marcado por la todavía agónica vuelta a las salas después de la pandemia.

La democracia siempre tiende a soluciones conservadoras. La dictadura de la mayoría y un sistema de votación que favorece el consenso premiaron la sensibilidad de 'CODA', que hizo pleno: guion adaptado, actor secundario para el intérprete sordo Troy Kotsur y película. También los aplausos sin ruido, las manos en alto. Y una aplastante victoria sobre 'El poder del perro', que de favorita pasó a gran perdedora de los Oscar . Solo una victoria de doce nominaciones, la de Jane Campion, la tercera mujer en la historia en lograr el premio a la mejor dirección.

En mejor actriz de reparto, pocas sorpresas: Ariana DeBose repitió la gesta que lograron el Vito Corleone de Robert de Niro y el Joker de Joaquin Phoenix y recibió, 61 años después de que Rita Moreno hiciera lo mismo, el Oscar por su papel de Anita en ‘West Side Story’. «¿Sabéis por qué Anita canta eso de 'I want to be in América'? Porque aquí los sueños se hacen realidad (...) Gracias Rita, porque no solamente me abriste el camino a mí sino a muchas otras Anitas», reconoció emocionada la intérprete, la primera abiertamente ‘queer’ y afrolatina en ganar este premio.

El otro pulso de la noche era el de dos veteranos que pugnaban por no irse de vacío por su mirada nostálgica a sus propias infancias. Finalmente fue ‘Belfast’, del eterno nominado Kenneth Branagh, quien dio la campanada y se llevó por fin el Oscar a mejor guion original. Paul Thomas Anderson tendrá que esperar, como mínimo, a su duodécima candidatura para morder el oro del Oscar.

Divide y vencerás. Y eso han hecho los Oscar, que ya no necesitan cebar a la ganadora sino distribuir los premios. En su salomónico reparto, se impuso ‘Dune’, la gran vencedora con siete premios pero todos técnicos y hasta pregrabados.

El puñetazo que enmudeció a los Oscar

Menos suerte tuvieron los españoles, que hicieron historia con las nominaciones pero no con los premios. Sabor agridulce para la empresa patria, que salvó los muebles gracias a ‘El limpiaparabrisas’, el corto animado que le dio el Oscar a su director, Alberto Mielgo, y a su productor, Leo Sánchez. Alberto Iglesias perdió frente a un ausente Hans Zimmer, que ganó el segundo Oscar de su carrera por la banda sonora de ‘Dune’.

Penélope Cruz , inesperada favorita en los últimos compases, vio cómo los Oscar saldaron su deuda con Jessica Chastain , que en el discurso más reivindicativo de la noche, sobre los incidentes contra personas LGTBI, pidió «poder vivir la vida sin miedo a la violencia y el terror». Nada pudo hacer tampoco Javier Bardem contra Will Smith (‘El método Williams’), otro Oscar para recapacitar en un año de tan buenas interpretaciones. Las decisiones rozaron la caricatura de lo predecible, las presentadoras intentaron hacer gracia, pero hasta sus bromas quedaron impostadas. Lo que nadie vio venir fue la intervención de Will Smith, que dará para un reguero de memes.

El actor, más allá del premio, fue protagonista por el ‘puñetazo’ a Chris Rock después de que este bromeara con el peinado de su mujer, Jada Pinkett Smith . Cuando subió a recoger el Oscar, en un discurso místico, eterno y entre lágrimas, aseguró que «el amor te hace hacer cosas locas». Al final, pidió disculpas a la Academia y dijo: «Espero que me vuelvan a invitar». Como le dijo Denzel Washington, el demonio llamó a su puerta. Anthony Hopkins optó por un consejo de sabio, quizás por viejo: «Qué más se puede decir: ‘Paz, amor y tranquilidad’».

Triunfó la complaciente 'CODA', pero la sensación, inevitablemente, fue amarga. Porque a Ucrania, a pesar de los lazos azules, se la mencionó solo dos veces, cartelón y minuto de silencio incluido, y nadie se acordó de su presidente, Zelenski, también actor, a pesar de la petición previa de Sean Penn. Por la tensión que provocó Will Smith. Por la oportunidad perdida para España . Y porque por mucho que cambien las cosas, parece que al final nada cambia.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación