El doble pequeñín de Felipe González y otras historias del desconocido oficio de director de casting

El libro 'Tras el reparto' entrevista a 39 profesionales de una especialidad que no tiene premio Goya

Américo Piñeiro, director de casting durante cuatro décadas
Federico Marín Bellón

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«Mi padre se llamaba Américo, como yo, pero cuando me fueron a bautizar el cura dijo que San Américo no existe y me pusieron delante Miguel, aunque siempre he reivindicado ese nombre», cuenta Américo Piñeiro , ya jubilado, uno de los 39 directores de casting que por una vez protagonizan algo, el libro 'Tras el reparto' , editado por Autografía. A lo largo de cuatro décadas, Piñeiro ha vivido multitud de anécdotas y trabajado con muchas de las estrellas de nuestro 'star system' doméstico. También fue responsable, por ejemplo, de traer a España al actor canadiense Hervé Villechaize , el doble 'a escala' de Felipe González , cuya aparición en el programa 'Viaje con nosotros' causó un pequeño escándalo en la TVE de los años 80.

Después del libro 'Representante, que no es poco' , dedicado a otro noble oficio tampoco suficientemente conocido, esta obra ayuda a entender mejor a un gremio esencial. Los primeros interesados en leer 'Tras el reparto' son los intérpretes, porque encontrarán consejos para las temidas pruebas que la mayoría tienen que superar para conseguir un papel. El autor del libro es Miguel Ángel Toledo , aunque es una obra colectiva con 20 colaboradores, coordinados por la asistente de casting Alba Santacreu , a través de la productora audiovisual La Masia Reels y el patrocinio de Casting Workbook .

A lo largo de casi tres años, se grabaron 72 horas de entrevistas con los corresponsables de elegir a los actores de títulos como 'Los hombres de Paco', 'Élite', 'Fariña', 'Hierro', 'El comisario', 'El Ministerio del Tiempo', 'Historias para no dormir', 'Hospital central', 'Águila Roja', 'Los Serrano' y 'El Príncipe'. También de títulos internacionales, como 'Vicky Cristina Barcelona', 'Killing Eve', 'Fast & Furious 6', 'CSI: NY', 'El perfume' y 'El maquinista', entre otros.

Pero volvamos al episodio de la parodia nada amable al presidente del Gobierno de la época. «Gurruchaga me traía de cabeza en 'Viaje con nosotros' . Él quería entrevistar a un actor que se parecía a Felipe González y que había visto en algún sitio. Lo buscamos durante una semana. A una ayudante del equipo le sonaba de la serie 'La isla de la fantasía' y, en efecto, allí aparecía Villechaize. Lo llamé y estaba encantado, aunque no sabía para qué venía . Fui a buscarlo al aeropuerto en el coche de producción y de camino a la tele le expliqué lo que tenía que hacer. 'Te vas sentar en las rodillas del presentador, que estará disfrazado de señora, y tú haces como si fueras el presidente del Gobierno'. Le enseñaron unas fotos de González fumando, él pidió un puro y organizó el personaje . Y salió en TVE. Se acabaron cargando el programa, no sé si por eso. Con Gurruchaga era divertidísimo trabajar y yo estaba por la labor», relata Piñeiro.

La televisión fue un medio frecuente en la trayectoria de este pionero, que también fue realizador de 'La bola de cristal' y antes hizo 'El circo de TVE' y el citado 'Viaje con nosotros'. «Estudié Ciencias de la Información, rama Imagen, y vi la necesidad de alguien especializado en el mundo de la interpretación. La parte técnica se me daba maravillosamente bien, pero terminabas tu jornada y tenías que ir a buscar actores. Por eso me especialicé en el casting. En un programa pedí uno y el productor me preguntó si estaba loco, que esto no era América. Se solucionaba sin cobrar, hasta que dije: esto se paga».

Un oficio sin Goya

Que se publique un libro sobre su oficio «es importantísimo», asegura. «Es absolutamente desconocido. Está a caballo entre la labor del director y el productor, y no es muy apreciado ni siquiera dentro de la profesión . No hay ni premios Goya y es considerado un oficio menor. El guion es lo más importante, pero el siguiente paso es el casting. Defiendo lo mío, pero creo que es así. Hace 20 o 25 años yo reivindicaba nuestros derechos y pedía el Goya para tener reconocimiento público. No se me hizo ni caso».

Cuando un reparto deslumbra, añade Américo Piñeiro, «el mérito se lo apunta el director, porque reconocer el nuestro es quitárselo a él. No les gusta nuestra presencia. Algunos tienen incluso cierto recelo, no todos».

Casting y fútbol

En cierto modo, el oficio del director de casting se parece al de los ojeadores de fútbol. Tiene gracia, porque Piñeiro también dedicó sus esfuerzos al mundo del balón. «Durante 15 años fui presidente de un club de barrio, el Club Deportivo Tetuán . Compartía el casting con el fútbol y he tenido hijos futbolistas. Son dos mundos muy paralelos. Los dos están expuestos al público y en los dos hay representantes que luchan por ti a muerte. Yo defiendo su labor, aunque algunos abusan».

¿Se lleva bien con los representantes ? «Estoy casado con una. María Isabel de la Fuente , también jubilada. Es un grupo que te hace ver lo que tú no alcanzas a ver. Si los usas bien, son los primeros interesados en que funcionen los actores. No me importaba que me llamaran a diario, pero para hablar de buenos actores. He desconfiado mucho de los que van a la calle a buscar a alguien para una película. Ser actor es algo muy muy difícil, que exige tiempo, formación, trabajo, constancia. Es duro y sacrificado. No puedes buscar la casualidad».

Piñeiro tenía una base de datos con cerca de 12.000 actores , pero no alardea de su memoria. «Algunos me decían que la tenía de pez. Yo no he querido recordar nunca nombres. No he tenido nunca necesidad de memorizar, pero sí gran facilidad para quedarme con situaciones y los rostros de la gente».

Otro rasgo que debe tener un buen director de casting es saber tratar a los actores: «Tienes que pensar que lo que hacen es buscar trabajo. Parece que nos olvidamos. Todos hemos competido con otro por un empleo. Entre los actores está institucionalizado. Por más que sean protagonistas y proyecten una imagen, muchos de ellos son personas inseguras , que sufren con todo, con los sentimientos a flor de piel. Hay que tratarlos con mucho cariño». Más difíciles aún son los niños: «Es de locos con ellos, porque son los niños y son los padres. Y deben seguir estudiando, no son profesionales. Hay que tratarlos como si estuviesen jugando».

También hay que ser un buen vendedor: «Somos comerciantes. La dirección de casting está entre el director de producción y el director. Este no quiere ni oír hablar de dinero y el productor no quiere hablar de arte. Estás en medio. Los buenos actores son caros y hay que encontrar un equilibrio. A veces un personaje solo tiene dos secuencias, pero es importantísimo. He tenido algunos que no hablaban y eran esenciales. Eso hay que valorarlo, primero explicárselo al actor: no vas a hablar. Y luego al productor decirle que va a pagar a alguien que no habla. El director está encantado de la vida, porque quiere talento.

Descubrimientos

«Las pruebas no se le dan bien a casi nadie», explica Américo. «Por las prisas o porque ni le han dado importancia, que casi es lo mejor, o le dan demasiada y vienen bloqueados. He visto de todo. Recuerdo a una actriz que optaba a un papel cómico y se echó a llorar en la prueba. Era desconcertante, pero no la corté. Resulta que la había dejado el novio y sacaba esas emociones. Era buena actriz. Me dejó desarmado».

«Otros llegan, se ponen de frente y de perfil y te preguntan: '¿Ya me voy?'. Perdona, ni hemos encendido la cámara. Llegan con ganas de irse. No sé para qué van. Y otros entran en el estudio con un aplomo que flipas, como Silvia Abascal . Luego hay gente a la que explicas el personaje y te hacen uno que ya hacían en otra serie. Es un mundo complicado y maravilloso».

Modesto, Piñeiro asegura que «es raro descubrir a alguien». «Lo que llamamos descubrir, lo hacen los representantes, que los han visto en los teatros». No siempre es así. «Yo era realizador de 'La bola de cristal' cuando vi a Pedro y Pablo, Pedro Reyes y Pablo Carbonell . El otro día leí que Pablo decía que a ellos no los habían descubierto en el Retiro. No he dicho nada, pero yo sí los vi en el Retiro haciendo una parodia con un guante. Nos pusimos en contacto y acabaron aquí».

Hay casos aún más conocidos. «Con Emilio Aragón trabajé en el circo siendo ayudante de dirección de Miliki . Luego, estando en Telecinco con Valerio Lazarov , él tuvo una bronca espectacular con José Luis Moreno en 'VIP noche'. Había que sacar el programa en una semana y no lo iba a hacer Moreno. Me acordé de Emilio, que estaba en Canal Sur. Así inició su andadura, pero no lo descubrí yo, acerqué a las partes».

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