VUELTA DE HOJA

La causa primera

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Ignoro mientras escribo lo que ha pasado en el partido España-Francia. Soy hombre de poca fe, pero de mucha esperanza y de alguna, insuficiente, caridad. No sé si habremos batido el récord de la ilusión o el de la desilusión, pero estoy seguro que uno de los dos habrá caído. Quiero hablar de otras plusmarcas. Por ejemplo del de la insensatez en la carretera. ¿Cómo es posible que este último fin de semana, que no correspondía ni a la Operación Salida ni a la Operación Regreso, se haya cobrado 34 vidas, sin contar parapléjicos, en accidentes?. Era el último fin de semana sin carné por puntos, pero demasiados compatriotas le han puesto punto final a su residencia terrestre.

La siniestralidad aumenta en un porcentaje cercano al ciento por ciento y eso no es posible achacarlo al mayor número de desplazamientos, sino al menor número de conductores que no saben que el volante puede transformarse en una ruleta rusa. Una especie de rueda de la fortuna al revés.

También ha crecido lo suyo el número de detenidos en operaciones contra el crimen organizado y está muy bien que los detengan, pero estaría mejor que no les hubieran dado tiempo a organizarse. De todas maneras, el récord más alarmante y sin duda el más laboriosamente conseguido es el de consumo de cocaína. Duplicamos al resto de países europeos y competimos con Estados Unidos. Tampoco podemos quejarnos de la carrerilla que ha cogido el precio de la vivienda: ha experimentado una subida de un 16 por ciento más en el primer trimestre del año. ¿Dónde vamos a pa-rar?, se pregunta mucha gente. Es porque no sabe que no vamos a parar.

A estos récords hay que añadir el de la generosidad. Los señores De la Rosa y Prado han sido condenados a cinco años de cárcel y un año, respectivamente, por apropiarse de 50.000 millones de pesetas del Grupo Torras.

Cuando salgan podrán disfrutarlos con salud.