INFORMACIÓN. Un escaparate de una inmobiliaria repleto de ofertas de viviendas. / Román Ríos
Jerez

Un alquiler de verano equivale a la renta por càpita en la provincia, 9.000 euros

Un piso tipo se arrienda por unos 1.500 euros la quincena y la temporada estival comienza a mediados de junio y finaliza a mitad de septiembre La provincia es líder en Andalucía en casas en régimen de arrendamiento

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Los gaditanos perciben una renta por el alquiler de pisos y casas que sobrepasa la renta media establecida para cada ciudadano, situada entre los 8.300 y los 9.300 euros al año, que señala el anuario económico de La Caixa.

Los precios de las viviendas en temporada veraniega oscilan desde los 1.000 euros al mes, por un piso antiguo en el centro de Cádiz, hasta los 9.000 euros por alquilar un chalé con jardín en Chiclana. En esta amplia horquilla se encuentra el precio medio que pagan aquellos que optan por un inmueble en lugar de un establecimiento hotelero. El perfil medio demandado lo conforman pisos de dos o tres habitaciones, muy cercanos a la playa y por los que se suelen pagar unos 3.000 euros al mes. Chipiona, Chiclana, El Puerto y Cádiz son las poblaciones donde los precios más altos.

Si un propietario alquila un piso medio durante los meses de julio y agosto y en una sola quincena en los meses de junio y septiembre, la cuantía de sus ingresos puede rondar los 9.000 euros. Esta fuente de ingresos extraordinaria escapa, en muchos casos, al control público, ya que no suelen ser declarados ante la Agencia Tributaria. Por este motivo, en el pasado ejercicio este organismo fiscal ya puso en marcha instrumentos para conocer cuánto y cuáles son las viviendas en régimen de alquiler.

Sin control

Hasta ahora el único registro oficial donde se pueden encontrar cifras sobre estas rentas se ubica en las delegaciones provinciales de Economía y Hacienda de la Junta. Allí es donde los arrendatarios deberían depositar las fianzas de los inquilinos, como garantía para ambas partes. Pero, lo cierto es que su uso, a día de hoy, es anecdótica. De esta manera, los propietarios no dan pistas a las administraciones competentes acerca del uso que dan a sus inmuebles.

Para aproximarse al número de turistas que acuden a Cádiz para alojarse en régimen de alquiler, basta mencionar que en los puntos de información turística instalados por el Ayuntamiento, alrededor del 30% de los veraneantes pertenecía a este grupo. Este dato hace referencia a los quioscos ubicados en Telegrafía y en la playa; mientras que entre los turistas que se acercaron a San Juan de Dios el porcentaje era menor. En todo el año, no subió del 12% del total de los usuarios que acuden a estas oficinas municipales.

Ese tanto porciento de público que se decanta por una forma de turismo más económica contrasta con el número de apartamentos y viviendas destinadas al alquiler inscritos en los diversos registros oficiales.

La provincia es la número uno de la comunidad andaluza con 146.901 casas cuyo régimen principal es el alquiler, frente a las 127.423 casas de Málaga, la provincia andaluza turística por excelencia. Otras zonas, como Granada, con una importante población estudiantil, apenas supera las 73.000 casas destinadas al alquiler.

Estos datos pertenecen al último catastro realizado en 2001 y actualizado en 2004, por lo que se estima que las cifras han aumentado, debido al boom inmobiliario experimentado en los últimos años. De ahí que en Cádiz la cifra alcanza, con creces las 150.000 viviendas en régimen de alquiler.

Las repercusiones de esta práctica, generalizada en Cádiz, «pueden ser fatales para uno de los motores económicos más importantes de la provincia, el turismo», así lo explica el profesor de la UCA, Antonio Arcas, que imparte una asignatura sobre el sector turístico. De hecho, Arcas insiste en diferenciar a turistas de veraneantes y apuesta por la calidad. «Si queremos desarrollar un turismo de calidad tenemos que basarnos en el medio ambiente, la naturaleza, la salud y la cultura, factores determinantes para elegir un destino turístico», comenta el profesor. Respecto a la subida de precios continuada de las viviendas en alquiler y la escasa calidad de las mismas, Arcas confía en que el propio mercado autorregule la oferta y la demanda.

Mientras esto ocurre, hacer una estimación de la cantidad de dinero que genera esta actividad a los propietarios de pisos y casas, muchos de ellos con su primera vivienda en Sevilla y distintos puntos de la provincia gaditana, es arriesgado. Ahora bien, una estimación a la baja en la que se suponga que en la capital puede haber unas 5.000 viviendas en alquiler, de las 80.000 que compone su parque inmobiliario, a unos 9.000 euros -suponiendo que sólo se alquilen en verano- arroja la cifra de 45 millones de euros. Este montante, muy lejos del total de la provincia, escapa a estudios y estadísticas económicas, pero determina la vida en Cádiz.

Más calidad

Las agencias que trabajan en la Bahía, con amplia experiencia en el terreno inmobiliario de la provincia, declaran que este producto es uno de los menos rentables de la cartera que gestionan, ya que los márgenes que genera son escasos y gran parte de los propietarios alquilan las viviendas directamente o a través de conocidos.

Además, como explica Mar Sánchez, gerente de Marhouse, muchos pisos de alquiler no están en las condiciones que deberían. «Si un cliente paga desde Madrid entre 1.800 y 3.000 euros al mes espera encontrar una casa en perfectas condiciones, no un piso recién dejado por un grupo de estudiantes», explica Mar.

Por otra parte, según relata Carlos Espert, de la agencia Casas de Cádiz, las características del mercado están dando lugar a la aparición de nuevas fórmulas de negocio, dedicadas al alquiler y al mantenimiento de viviendas exclusivamente en la época veraniega.