Cultura

«¿Nos han tapado su cara!»

Decenas de amigos famosos acompañaron a la familia mientras miles de personas daban el último adiós a la artista lamentando que el féretro estuviera cubierto

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La madrileña plaza de Colón estalló en aplausos cuando apareció el furgón con los restos mortales de Rocío Jurado. Miles de ciudadanos despidieron ayer emocionados a la chipinionera dirigiendo cariñosas palabras a la familia. «¿Ortega, aguanta, estamos contigo!», pudo oírse entre el gentío cuando el marido de la artista, el torero José Ortega Cano, se aproximó a las colas que esperaban para despedir a la más grande en la capilla ar-diente, instalada desde las once de la mañana en el Centro Cultural de la Villa. Allí se fundieron emoción, lágrimas y respeto. Sólo un lamento común: no poder ver por última vez el rostro de la cantante, ya que el féretro estaba cerrado. «¿Nos han tapado su cara!», se quejaban muchos.

Quien no traía el ramo desde su casa compraba claveles rojos y blancos para testimoniar su dolor. Dentro, el ataúd se había cubierto con las banderas española y andaluza. Detrás, una cruz de rosas presidía la capilla: «Todo se nos fue de casa. Tu marido, hijos y nietos», rezaba la banda. A izquierda y derecha se depositaron otras dos coronas, también blancas. «A tus hermanos nos dejas huérfanos», decía una de ellas. Y dos más que se colocaron en nombre de la familia de Ortega Cano.

A lo largo de la mañana se sucedieron las caras famosas, amigos de la familia: Joan Manuel Serrat, Manolo Escobar, Sara Montiel y Carmen Sevilla, que, inconsolable, se fundió en un abrazo con Ortega Cano: «Rocío tenía un enorme corazón; formaba parte de mi vida. Estoy asistiendo a la muerte de gente querida mucho más joven que yo, y yo sigo aquí». También pasaron por allí Nieves Herrero, Inés Ballester, Isabel Gemio y María Teresa Campos, quien, acompañada de su hija Terelu, afirmó: «Esa energía tan grande que tenía, ayudará ahora a su familia». Marta Sánchez, Ángel Nieto, Ana Pastor, Dolores Abril, Raquel Mosquera, viuda de Pedro Carrasco, primer marido de Rocío Jurado; Massiel, Máximo Valverde, Marujita Díaz, Paquita Rico, Isabel Pantoja -que se mostró «rota» y rompió a llorar «en este momento tan duro»-. Todos querían acompañar a la familia de la artista.

Ambos se derrumbaron a medida que iban recibiendo las condolencias. Rocío Carrasco, quebrada, estuvo arropada por su compañero, Fidel Albiac, a quien apenas soltó la mano. Ortega Cano agradecía las muestras de afecto, pero a ratos su llanto era inconsolable. Con él estuvieron sus colegas Julio Aparicio, Víctor Janeiro, El Cordobés, Ós-car Higares y Espartaco. El cantante Raphael, que se encuentra en Managua para un concierto, expresó su «inmensa tristeza por la pérdida de una maravillosa artista, incomparable, y sobre todo una queridísima y amada amiga mía.

Para mí es muy triste estar lejos de ella y de su familia en estos momentos. Esta noche cantaré mejor que nunca en honor a ustedes y en honor a ella». Andrés Pajares, Victoria Vera, Rossy de Palma, Loles León, Francisco, Marian Conde y Norma Duval sí pudieron acercarse a la capilla ardiente.

Presión mediática

Para Rosario Flores, Jurado era «gran artista y gran persona. Por desgracia, Rocío Dúrcal y ella han muerto muy jóvenes, a ambas les quedaba mucha vida por delante». Su hermana Lolita, se quejaba de la presión mediática: «Es una muerte anunciada, la han matado antes de tiempo». Así opinaba Bibiana Fernández: «Es triste que, además de sufrir una crítica salud, ella y su familia hayan tenido que aguantar todo ese tumulto, especialmente el que se desató en la entrada de su casa». La actriz llegó con Pedro Almodóvar: «Era la voz más grande de España, una mujer generosa, sincera y cariñosa».

Concha Velasco recordó la costumbre de la artista «de llamar a sus amigos por teléfono y cantarles algo», y recordó que Ortega Cano «lo va a pasar muy mal. Le va a resultar muy difícil salir adelante».

También don Juan Carlos expresó su apoyo mediante un telegrama y telefónicamente. Ortega Cano contó que les manifestó su pesar «por la gran pérdida para la cultura popular que supone esta muerte». El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, envió su pésame: «Existe un sentimiento general de dolor y el reconocimiento de una trayectoria profesional muy brillante». El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, anunció que se pondrá el nombre de la artista a una calle de Madrid. Y Esperanza Aguirre, presidenta de la comunidad, hizo un alarde de madrileñismo: «Rocío era la más grande. Había elegido Madrid como residencia y si Chipiona se queda sin ella nosotros también».