Inglaterra teme a una Ecuador emergente

Atractivo cruce de estilos antagónicos en Stuttgart. En un duelo inédito, se miden Inglaterra -el clásico, el inventor del fútbol, un campeón del mundo y llamado a ser protagonista en este certamen- y el emergente Ecuador, que desde la humildad se ha ganado el respeto de todos y ya puede sentirse orgulloso de haber superado la primera fase.

«Si caemos lo haremos con gallardía. Los ingleses son favoritos por todo, pero no intentarlo sería de mediocres. Tenemos la opción de hacer historia contra un histórico y de mostrar nuestro crecimiento al mundo», proclama a los cuatro vientos Luis Fernando Suárez, el tercer colombiano que adiestra a la 'tri'; el hombre que ha llevado al éxtasis al país más pequeño de la región andina.

La vibración, la ansiedad y el anhelo de ganar son extraordinarios en los ecuatorianos, que viven al ritmo del 'tractor amarillo'. Con sus sonados triunfos en la primera fase ante Polonia (2-0) y Costa Rica (3-0) y pese a la lógica derrota ante los teutones (0-3) en Berlín, Ecuador ya ha dejado patente que no sólo sabe jugar, rendir y ganar en los 2.000 metros de Quito, donde se zampó a Brasil y Argentina.

Con una defensa zonal de cuatro, innegociable, el buen manejo del balón, la entrada por banda y, sobre todo, los cambios de ritmo, el débil confía en sorprender al poderoso. «Inglaterra responde al estereotipo de equipo europeo frente al que estás perdido si juegas a una velocidad fija. Si les cambias, sufren. Y nosotros estamos capacitados para actuar a 50 por hora, luego a 100 y más tarde a 60», avisa Suárez.

A los sudamericanos les preocupan los movimientos en corto y la velocidad de Rooney y el juego por el «segundo piso» del que habla Suárez, es decir, los balones aéreos. «Hay que frenarles las salidas y presionarles en las bandas para evitar que centren», insiste un entrenador que se ha hecho célebre por un saludo en su teléfono con el lema «si lo puedes soñar, lo puedes hacer».

Los 'pross', por su parte, superaron sin problemas el corte, pero aún no han dado la talla. Ganaron merced a un gol en propia meta a Paraguay, superaron a Trinidad y Tobago por la aparición de Crouch y empataron ante Suecia, donde encajaron dos goles que indignaron al técnico.

Eriksson ha lanzado un aviso a sus pupilos, con Beckham a la cabeza. «No hago favores a nadie, ni siquiera al capitán. Trato a todos por igual en la mesa, en los entrenamientos, en la táctica y en los partidos. No podemos repetir errores y Beckham no es imprescindible». La grave lesión de Owen, con los ligamentos de su rodilla derecha destrozados, supone un quebradero de cabeza para el sueco, quien duda entre situar a Rooney y Crouch o sólo al delantero del Manchester, con Gerrard más adelantado.