La madre y la hermana del concejal asesinado, Miguel Ángel Blanco, Consuelo Garrido (c) y Mari Mar Blanco (d), se dirigen a los acusados mientras son expulsadas del juicio. EFE
juicio en la audiencia nacional

La familia de Miguel Ángel Blanco, expulsada del juicio a 'Txapote' tras ovacionar al fiscal

La madre y la hermana del concejal han llamado asesinos a los acusados y a los familiares antes de salir de la sala

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La presidenta del tribunal que ha juzgado a los etarras Francisco Javier García Gaztelu, Txapote, e Irantzu Gallastegi, Amaia, por el secuestro y asesinato de Miguel Angel Blanco, se ha visto obligada a expulsar de la sala a los familiares y amigos del concejal que asistían al juicio ante la gran ovación que le hicieron al fiscal y sus gritos reclamando justicia.

Los familiares y amigos del edil no han podido reprimir un largo aplauso de casi un minuto cuando el fiscal dio por finalizado su informe en el que ha pedido la máxima pena para los acusados, 50 años de cárcel, porque su actitud de indiferencia durante el juicio, que ha quedado visto para sentencia, lleva a apreciar "la necesidad de un largo tratamiento penitenciario".

"No podemos comprender humanamente la indiferencia de los acusados a no ser que se trate de una artificial pantalla para salvar la cobardía" de enfrentarse a este juicio, ha destacado.

Cuando abandonaban la sala, la madre y la hermana del concejal del PP en Ermua (Vizcaya), asesinado el 12 de julio de 1997, han comenzado a insultar a los acusados y a sus familiares, que también se encontraban entre el público, llamándoles asesinos y cobardes.

Antes de salir, la hermana del concejal, Mari Mar Blanco, se ha dirigido a los acusados -que durante el juicio no han dejado de hablar entre ellos e intercambiar sonrisas sin inmutarse por lo que ocurría a su alrededor- y les ha dicho: "Reíros, reíros, que más me voy a reír yo cuando vea a vuestros hijos pudriéndose en la cárcel".

"Aceptamos que somos militantes de ETA"

El juicio, que comenzó ayer, concluyó cuando Txapote hizo uso de su derecho a la última palabra y, en euskera, señaló, pluralizando: "Aceptamos que somos militantes de ETA y no vamos a parar en la lucha por la libertad de Euskadi".

Tras una alabanza a "todos los gudaris (soldados) muertos", la presidenta le cortó la palabra y se dirigió a su compañera Amaia por si quería añadir algo y ella se limitó a indicar, también en euskera, que "lo mismo que Xabier".

El fiscal Miguel Angel Carballo logró arrancar los aplausos de la familia del edil y de sus acompañantes por la emotividad de su informe, en el que elogió el "espíritu de Ermua", que calificó de "una auténtica rebelión cívica para evitar" el acorralamiento de las víctimas y "de todos aquellos que no participaban en un nacionalismo violento que se desarrollaba por cauces delictivos".

Durante esas "angustiosas 48 horas" -el plazo que dieron los terroristas para asesinar al concejal secuestrado si el Gobierno no accedía al acercamiento de los presos de ETA- "todos los españoles pudieron sentirse hermanos, padres, primos, amigos, novias de Miguel Angel Blanco ", destacó.

"Pocas veces, y eso debe tenerse en cuenta por la sala, un asesino ha tenido tantos motivos para evitar llevar a cabo su despreciable propósito", añadió el fiscal, para quien es "difícilmente explicable" que "no haya sido capaz de oír y de sentir el clamor desesperado de una sociedad que le reclamaba clemencia".

Carballo resaltó también la crueldad de los asesinos del concejal que utilizaron una pistola de un calibre que le provocó mayor sufrimiento y de la que salió un primer disparo, que recibió en la cabeza por la espalda y maniatado, que no fue letal, lo que le permitió recibir de forma consciente y "de rodillas" el segundo disparo que ya fue mortal.