«AMO LA VIDA». La cantante Mónica Molina. / BERNARDO CORRAL
MÓNICA MOLINA CANTANTE

«Vivo muy bien de la música»

Hace diez años, la hija menor de Antonio Molina cambió el cine por la canción y ahora, su cuarto disco la confirma «ajena de frivolidades y modas»

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200.000 discos vendidos deberían servir para acallar las voces de quienes piensan que una actriz no puede cantar. Mónica Molina ni siquiera se considera ya actriz: «Guardo una relación extraña con el cine He vivido de él mucho tiempo, porque me independicé muy joven y viví de mi oficio. Pero había algo que no me llenaba, sentía que no pertenecía a ese mundo».

La hija de Antonio Molina, hermana de Ángela y Paula, saltó del instituto al plató. «Lo típico. Perteneces a una familia donde es más fácil acceder a ese mundo y te ofrecen un papelito. Era como un juego». Belmonte fue su última película. Y ya han pasado diez años. Normal que no reciba ofertas. «La gente ya no me ve allí. Me han aceptado en la música. Si no, no estaría presentando mi cuarto disco. A veces, coincides con el mundo. Aunque si me llama Gutiérrez Aragón ».

Virgin lanzó el 3 de abril A vida. Las notas promocionales orientan al periodista sobre «una voz mediterránea, que no concede nada al éxito frívolo». También insisten en las cifras de ventas, aunque la artista reconozca que las pasa por alto. «Nunca las miro ni pregunto; ya sabes que las cosas van bien cuando te dan un disco de platino. Mi compromiso es entregar un trabajo hermoso y digno».

Le gusta la definición de voz mediterránea, al fin y al cabo los Molina se han criado en la hedonista Ibiza. Bohemia y playa. Arte heredado. «He vivido más tiempo cerca del mar que lejos de él. Y el Mediterráneo te marca. Es una manera de vivir diferente».

-¿A qué viene lo de ajena al éxito frívolo?

-No me muevo por los circuitos frívolos, no me interesan las cosas fugaces ni extramusicales. Es más interesante mantenerse en el tiempo.Yo hago la música que me gusta, la música en la que creo. Sé perfectamente que cuando escuche mis canciones dentro de quince años tendré la sensación de que no ha pasado el tiempo por ellas. No hago concesiones a las modas.

-¿Y en el cine resultaba más fácil ceder a las frivolidades?

-La juventud te hace actuar de otra forma. Con la música fue distinto desde el primer momento, es algo con más peso.

Una privilegiada

Mónica Molina parece obligada a justificar su carrera musical en cada respuesta. Quizá porque, a semejanza del padre de su hija, el actor José Coronado, ha purgado la condena de figurar en las revistas del corazón. Ya no le preocupa su imagen pública: «No puede ser mala, ni blandengue, ni cursi; mis canciones son profundas y poéticas». A cada CD vendido, a cada concierto en Francia, Italia, Grecia, Suiza y Turquía, donde la adoran, queda un poquito más atrás el papel couché. «Vivo muy bien de la música. Tengo ya hecho mi circuito, mis giritas de teatro como digo yo. Me siento una privilegiada».

Su voz susurrante sólo se eleva cuando, a pesar de estar «a años luz» de la vorágine rosa, todavía se indigna al ojear las revistas en la peluquería. «Estás dos meses de promoción y te encuentras unos titulares No quise hablar con Lecturas y se inventaron una entrevista de arriba a abajo con cositas cogidas de otros medios. El titular era: Estoy enamorada. ¿Soy incapaz de decirle eso a un periodista!».

La cantante no cree que su apellido sea un imán para los paparazzi: «Lo hacen con todo el mundo». Siempre se ha sentido «absolutamente respetada» por la prensa, salvo casos puntuales que ya no logran amargarle el día. «Ellos buscan que te alteres, que montes el numerito, pero hay que pasar. Cuando era joven me hubiera plantado en la redacción de la revista. Ya no. Que les den morcilla. Ya se aburrirán. Es uno de los efectos de la maternidad: te serenas».

La dulce Mónica hace tiempo que aprendió a lidiar con los periodistas. «Cuando me preguntan algo impertinente sé torearles. Llega un momento en que, cuando no participas, aburres, y no interesas. Por eso me ha sorprendido esto último, pensaba que ya era cosa del pasado. No van a encontrar nada en mí».

La maternidad de Candela, su niña de tres años y medio, también le infundió serenidad para sobrellevar la ruptura con José Coronado. Mónica Molina sigue soltera. Y ha cambiado Madrid por la sierra. «Estoy encantada. La ciudad me agobia mucho, necesito la paz de la naturaleza». Su niña no le aleja del estudio de grabación: «Me inspira constantemente. No soy la misma persona. Candela está en ese momento en el que te la comes. He tenido suerte porque es una niña muy alegre, me da mucha vidilla. Es lo mejor que me ha pasado en la vida».

A paso lento

Los cortes de A vida demuestran que el amor y el desamor dan mucho de sí: Donde sea que hoy estés, Sed de ti, Porque te sigo amando «Son canciones que hablan de sentimientos comunes a todos. ¿El amor abarca tanto! Se podría hablar de él eternamente». Molina nunca cantaría «a nada sucio ni turbio, que no tenga nada que ver conmigo. Las canciones definen al artista, y aunque yo no las escribo comparto su filosofía». El culpable de verbalizar sus sentimientos y producir sus discos es otro miembro del clan Molina, su hermano Noel. De su mano firmó su primer contrato discográfico con 31 años.

«No era ninguna niña, lo tenía clarísimo. Sin Noel no me hubiera atrevido, porque lo más difícil en este oficio es encontrar un buen compositor que entienda no sólo tu manera de entender el oficio, sino también la vida. Entramos en el estudio y pensamos lo mismo». A vida procede de la expresión a vida o muerte, un grito optimista con el que Mónica Molina quiere recalcar su optimismo. Y no pasa nada si no llega a Los 40 Principales. «Yo creo en las carreras a paso lento».

-¿Cuándo escucharemos en su voz las canciones de su padre?

-Siempre he pensando hacer alguna versión de su repertorio, porque tiene cosas preciosas. Pero era necesario esperar un poco; no podía hacerlo en el primer disco, porque se me hubieran echado encima como fieras. Ahora no pasaría nada. Posiblemente en mi próximo disco. Me gustan mucho sus habaneras, los fandangos

-¿Soy minero?

-¿No! ¿Es la canción suya que menos me gusta! Quizá porque es la más popular. Ocurre con muchos artistas: se les conoce por canciones que no son representativas de lo que han hecho. Y mi padre tiene un repertorio increíble.