AUTÉNTICOS. Los Muñoz llevan diez años de carrera manteniéndose fieles a un estilo. / LA VOZ
Cultura

«A nosotros se nos perdona el éxito» Los 'romarios' de la música

Los hermanos Muñoz arrasan en su gira con su sonido de 'ultrarumba' que en agosto llegará a Algeciras: «En el escenario somos iguales que en la calle»

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Estopa anunció hace tres meses el inicio de su gira de presentación de su último álbum, Voces de ultrarumba, en el mismo instante en que recibía la astronómica cifra de 30 discos de platino. El disco y el periplo de conciertos, que hasta el 10 de octubre les llevará a más de 65 ciudades españolas, suponen la culminación de una carrera que comenzó hace siete años cuando, «casi sin darnos cuenta», cambiaron la cadena de montaje de una empresa de automoción de Cornellá (Barcelona) por la música.

Desde entonces los hermanos David y José Muñoz han colocado más de tres millones de copias de sus cuatro discos y, aparentemente, ha asumido la fama con la naturalidad propia de sus orígenes suburbiales.

Todo gracias a su creíble ventilador callejero de rumbitas deudoras de Bambino, Peret y Los Chichos, aires afrolatinos, rock transgresivo y canción de autor canalla sabiniana. Un sonido de ultrarumba que el 11 de agosto recrearán en en Algeciras. David, primogénito de los Muñoz, es también su voz cantante: «Está mal que nosotros lo digamos pero es un gran espectáculo porque llevamos un montaje muy bueno, con una muchas pantallas LED y unas proyecciones que se ha currado el equipo. Estopa en gira somos como una familia, aunque esté un poco cambiada ya que hemos metido a un nuevo bajista y teclista para suplir la baja de Pancho Varona y Antonio (García de Diego) que están con El Jefe, lógicamente.

-El Jefe sigue siendo Sabina, ¿no?

-De momento sí, y esperemos que por muchos años. Pancho y Antonio ya estaban con el maestro antes de trabajar con nosotros, así que es lógico que vuelvan con él.

Cambio natural

-Su discográfica vende su último disco como el más variado.

-A mí me parece que todos son muy abiertos, siempre hemos buscado la variedad sin complicar demasiado las cosas. Pero cómo va a quedar un disco no es algo que planeemos antes. Pensamos primero lo que vamos a contar y luego son las historias las que nos llevan en una dirección u otra. Al final lo que hacemos va a ser ultrarumba (risas). Al menos hemos dado con un nombre para calificar lo que hacemos. Nos ha costado cuatro discos, pero algo hemos avanzado.

-Llevan casi una década en activo. ¿Se ven muy cambiados?

-Desde el primer disco han pasado siete años y malo sería si siguiéramos igual, sobre todo en la época de nuestras vidas en las que nos ha pasado todo esto. Hemos cambiado pero de una manera natural y sin dejar de tener los pies en el suelo. Estamos orgullosos de componer, arreglar, vestir y a veces desnudar unas 50 canciones y otras muchas más que tenemos guardadas. Y también de haber tenido la suerte de que calaran en la gente.

-¿Es difícil dejar de ser Estopa cuando no están en el escenario?

-No, eso es lo más fácil. En el escenario somos los mismos que en la calle.

-¿No pierden la esencia callejera sus canciones cuando las cantan, por ejemplo, niñas pijas?

-Somos gente sencilla de la calle pero nuestras canciones no van dirigidas a ninguna clase social, tratamos de que nos gusten primero a nosotros y luego a la gente.

-A algunos grupos no se les perdona que tengan éxito. No parece ser ése el caso de Estopa.

-No, noto que a nosotros se nos perdona. Cuando tienes cierto éxito siempre salen los que te acusan de que ya no eres tan auténtico como cuando no te conocía nadie. Hubo algo de eso al principio pero al mismo tiempo comenzó a oírnos gente de un palo cultureta y underground que decía que éramos geniales. Nos veían como algo exótico, imagino. Luego, cuando sonábamos en todos los sitios, esperábamos que esos mismos nos acusaran de comerciales, pero no ha sido el caso.

-¿Cómo se logra mantener un estilo propio sin caer en la reiteración?

-No tengo ni idea ni de cómo se cambia ni de cómo se las ingenia uno para seguir haciendo lo mismo. A los grupos se les pide que evolucionen, pero si lo hacen y se pasan, se dice que han perdido su esencia, así que no tengo ni idea. Nosotros tratamos de hacerlo a nuestra manera pero luego dejamos que juzgue la gente. Lo único que puedo decir es que nuestra cadencia apunta al aflamencamiento. No tocamos muchos palos porque no dominamos ese arte, nos centramos en la rumba y los tanguillos y a partir de ahí, tiramos al rock, el reggae, el bolero o lo que sea.

-Los grupos de hermanos son toda una tradición en la historia del pop. ¿Qué es lo bueno y lo malo de ella?

-Lo bueno es que nunca te sientes solo, siempre estás con alguien que te entiende realmente y que comparte tus ilusiones, tus preocupaciones e incluso tus problemas. Y lo malo... pues en realidad nada porque mi hermano y yo siempre hemos salido y trabajado juntos. Hemos tenido broncas ocasionales, claro, pero como no diferenciamos entre David y José, pues nada. Después de tanto tiempo, no nos va a entrar ahora la presión y no romperemos con todo por una pelea.

-Su nuevo disco vuelve a tener conexión televisiva. En Paseo, cantan Santi Millán, Manel Fuentes, Fernando Tejero y Buenafuente. ¿Lo hacen por tener publicidad añadida?

-Son amigos y es nuestra manera de mostrarnos agradecidos con ellos. Nos gusta dar reconocimiento a la gente que nos ha ayudado. Cuando no nos conocía nadie Buenafuente, a quien tampoco conocíamos, nos sacó en su programa de TV3. Era la primera vez que estábamos en televisión y nos sentimos en cierta deuda con él. Tanto él como los demás nos han tratado siempre con mucho cariño y cuando hacemos los discos nos gusta llamar a los amigos.

-¿Exageran quienes les llaman poetas urbanos?

-No lo sé, a mí me pasa lo mismo que con la palabra artista. Creo que, a nuestra manera, somos poetas y artistas tanto nosotros como El Langui (cantante del grupo rapero La Excepción) o Leonardo Dantés. -Su gira coincide con el Mundial. ¿Cómo lo van a llevar siendo futboleros?

-Bien, como personas responsables. Veremos los partidos que podamos; lo primero es lo primero y en el trabajo está antes que el placer.

-¿Si, como decía Valdano, el fútbol es una metáfora de la vida, en qué futbolistas se ven reflejados?

-Uf, no lo sé, es difícil de decir porque hay muchos que nos gustan. Además, siendo del Barça ahora tenemos para elegir. Yo diría que Romario, sobre todo por lo pícaro, pero también por lo bueno que era.

-¿Cómo matan el tiempo en los viajes entre un concierto y otro?

-Le damos mucho a la Play, que llevamos siempre en la furgo. Estamos con un juego de fútbol, así que tenemos nuestro propio Mundial. iPod, en cambio, no tenemos, debemos de ser los únicos músicos que no lo llevan.

-¿Nunca aprovechan para acercarse a dormir en casa?

-A veces sí. Cuando estamos cerca de Barcelona hacemos lo posible. El otro día tocamos en Iruña y me fui a casa porque siempre se agradece sentir la cama de uno. Para no notar tanto el cambio me he puesto en la cama de casa la almohada de una cadena de hoteles, así me noto menos raro.

-¿Irán a Latinoamérica cuando acabe su gira española?

-Algún plan hay para llevarnos por ahí, pero yo les voy concienciado de que para componer buenas canciones no hay obligatoriamente que dar vueltas al mundo. Cuando acabe la gira lo que nos va a apetecer es estar tranquilos para componer nuevos temas porque nos habremos cansado de los que componen este disco.