se requisó numeroso material en cádiz

Detenidas siete personas 'Caza-Tesoros' y dos imputadas por formas parte de una red de expolio submarino

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La Guardia Civil, en colaboración con la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, en la Operación "Bahía II", detuvo a siete personas e imputó a otras dos que formaban parte de una red dedicada al expolio submarino.

En la operación se requisó numeroso material en las provincias de Sevilla, Madrid, Cádiz , Murcia y Ciudad Real, entre los que destacan sofisticados dispositivos para localizar restos arqueológicos y asentamientos funerarios para la extracción de objetos de valor.

Entre los detenidos se encuentra un historiador, un submarinista profesional y algunos de los contactos con las redes de expoliadores americanos implicadas en la primera fase de la operación, que eran los encargados de abrir las distintas líneas de búsqueda de pecios en las costas españolas, así como de conseguir los permisos oficiales para encubrir los saqueos. Esta segunda fase del operativo es continuación de la actuación desarrollada por la Guardia Civil en Cádiz , donde se requisaron dos barcos y distintas piezas de arqueología extraídas del fondo marino, así como abundante instrumental para realizar las inmersiones submarinas.

A raíz de la primera actuación, se abrió una segunda línea de investigación con la que pudo determinar que un grupo de ciudadanos españoles, americanos e italianos, podrían ser los cabecillas de esta organización. En esta segunda fase de la operación, la Benemérita practicó cuatro registros en Madrid, uno en Sevilla, dos en Algeciras ( Cádiz ) y otros dos en Murcia, donde se dio con los cerebros de esta trama y con el historiador que aportaba la información sobre la ubicación de los pecios en las costas andaluzas y otros puntos del mundo.

INTERVENCIONES Y MATERIAL REQUISADO

En total se detuvo a siete personas y se imputó a dos: en Sevilla, Madrid, Algeciras ( Cádiz ), Cabo de Palos (Murcia) y en Ciudad Real, y entre el material requisado destacan varios ficheros con anotaciones de naufragios en todo el mundo, cartas náuticas, GPS, detectores de metales, cartografía de la zona del expolio y un robot de filmación submarina a control remoto con capacidad para trabajar a una profundidad de 500 metros.

Entre todo este material se destaca también el hallazgo de un sofisticado dispositivo capaz de encontrar distintas materias de origen arqueológico, a través del barrido de frecuencias. Este equipo portátil se lleva en una mochila y discrimina la búsqueda en función de los parámetros aplicados por el caza-tesoros. La señal emitida puede localizar restos de calcio, como en el caso de los enterramientos, oro, bronce, plata, hierro, etc., que son elementos propios de los yacimientos.

Por otra parte, encontró un equipo con capacidad para situar huecos debajo de tierra, de mucho interés en el caso de búsquedas específicas de tumbas y asentamientos funerarios, pudiendo extraer ajuares funerarios de gran valor. Con esta tecnología, los caza-tesoros eligen la zona según la acotación histórica del entorno, luego se proveen de planos del lugar que contrasta con información extraída de Internet y archivos de renombre; a continuación, realiza un trabajo de campo "in situ" que fija en el plano con el uso de un equipo GPS, archivando los datos para posibles expoliaciones.

Además, los agentes del cuerpo detectaron que los expoliadores estaban usando fotografías obtenidas por satélite para localizar y ubicar yacimientos arqueológicos, información que obtenían en Internet, a través de los distintos motores convencionales de búsqueda. Las investigaciones de la Guardia Civil se mantienen abiertas y no se descartan nuevas actuaciones.