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Porter Goss dimite como director de la CIA tras menos de dos años en el cargo

No ha podido mitigar las críticas vertidas sobre la CIA durante la gestión de su antecesor, George Tenet

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El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se enfrenta a una nueva crisis después de la dimisión que ha presentado hoy el director de la CIA, Porter Goss, que llevaba en el cargo sólo un año y medio. Este nuevo revés se une a las últimas encuestas en las que Bush ha caído hasta su índice más bajo de popularidad.

El director de la Agencia Central de Inteligencia "ha presentado su dimisión, y yo la he aceptado", dijo Bush en el Despacho Oval de la Casa Blanca, junto al propio Goss. Durante su etapa al frente de la CIA "hemos mantenido una estrecha relación", ha afirmado el presidente, quien ha destacado la "integridad" y la "profesionalidad" de Goss.

Por su parte, Goss ha expresado su agradecimiento por el "apoyo y entendimiento" recibidos del presidente. "Me gustaría informar de que la agencia ha recuperado el paso firme y navega a toda vela", ha declarado este antiguo presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes.

Goss sustituyó en agosto de 2004 a George Tenet como director de la Agencia Central de Inteligencia, que había presentado a su vez su dimisión en julio de ese año en medio de una oleada de críticas a su gestión y que, al parecer, Goos no ha sabido mitigar.

"Porter Goss es un líder con amplia experiencia en los servicios de inteligencia y en la lucha contra el terrorismo, conoce la CIA por dentro y fuera. Es el hombre adecuado para dirigir esta importante agencia en este momento crítico de la historia de Estados Unidos", aseguró entonces Bush en su presentación.

Nombramiento político

El nombramiento de Goss, a quien ya se le consideraba como principal candidato para dirigir la CIA tras la renuncia de Tenet, se producjo apenas una semana después del anuncio realizado por Bush de crear, siguiendo las recomendaciones de la Comisión del 11-S, el cargo de director nacional de inteligencia, en un marco de fuerte presión política en vísperas de elecciones presidenciales.

La decisión de elegir a alguien de fuera de la propia Agencia permitió a Bush acudir a las elecciones con un director de inteligencia limpio de implicaciones en la guerra de Irak. Sin embargo, esta decisión fue considerada por algunos demócratas como un giro politizador de la dirección de la CIA.

Goss fue seleccionado por Bush para criticar las propuestas de no proliferación armamentista del candidato demócrata a la presidencia, John F. Kerry, que calificó de "irreales y peligrosamente inocentes". En este contexto, numerosos demócratas dudan que Goss pudiera continuar en su cargo en el caso de que Kerry resultara vencedor en las elecciones.

Goss, de 67 años de edad y nacido en Connecticut, se graduó en la universidad de Yale en 1960 y trabajó para los servicios de inteligencia del Ejército y la CIA. En los años 70 abandonó el servicio activo en la CIA y poco a poco se fue incorporando al mundo de la política en Florida, consiguiendo un escaño en la Cámara de Representantes en 1988.

Para ello tuvo que solicitar un permiso especial por haber servido en inteligencia en América Latina y Europa. Durante 16 años ha formado parte de la Cámara, participando como presidente durante ocho años en el Comité de Inteligencia de la Cámara desde el cual y junto al senador demócrata Bob Graham dirigió una investigación sobre los ataques del 11-S, identificando numerosos errores.

Durante un tiempo se especuló sobre la posibilidad de que Goss pudiera convertirse en el nuevo director central de inteligencia, encargado de supervisar las actividades tanto de la CIA como del resto de agencias de inteligencia de Estados Unidos. En la historia del país sólo el ex presidente George W. Bush había ocupado los cargos de director de la CIA y miembro del Congreso.